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Aproximación a la obra de "Benxa" (1907-1989) por Baltasar y Covadonga Álvarez Quintana se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional. Este blog está bajo una licencia de Creative Commons: Reconocimiento No Comercial - Sin Obra Derivada./ Se permite copiar, distribuir y citar públicamente esta obra, con la doble condición de que se reconozca y mencione a los autores y no se utilice con fines comerciales. Tampoco, y en modo alguno, se puede alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de ésta. Es voluntad expresa de los autores.

viernes, 24 de febrero de 2017

48. Muestra. 1. Colaboraciones en prensa. El trabajo

Letras>Artículos prensa>Opinión
Entrada 48. Publicada 24-2-2017









1.4 El trabajo (y 2)



Desde muy joven Benxa debió sentar y personalizar las bases  de su pensamiento religioso, e igualmente los principios filosóficos que modelaron su estructura pensamental y su personalidad de forma definitiva. Ambos se asientan sobre el sustrato familiar, incluyendo determinadas escuelas filosóficas que pueden rastrearse a través de las citas de Benxa sobre ciertos principios y conductas de su padre Manuel. Se trata de ascendentes procedentes de la filosofía de la Grecia antigua y Helenismo, fácilmente confirmados en el caso de su progenitor a partir de otras pruebas de su atracción por la cultura de la Antigüedad arcaica y clásica (nombres bíblicos o romanos con los que bautizó a algunos de sus hijos, viaje a Roma, capital eclesiástica y monumental). Por estos y otros indicios cabe suponer un padre conocedor y seguidor de algunos principios del estoicismo, especialmente los vinculados a la ética, la virtud y la razón, ésta inherente a su profesión de técnico: vivir de acuerdo con la Naturaleza y la Razón, la sistematización del conocimiento y la lógica, entre otras reflexiones, que hicieron de las tesis estoicas una doctrina de proyección futura, luego retomada por Descartes, Kant y Hegel).
En cambio Benxa, desde estos puntos de partida afines, se emancipará tempranamente y sin conflicto inter-generacional del perfil entusiasta de su padre, especialmente en lo referente a las innovaciones del progreso como incuestionables artífices de la mejora de las condiciones de la vida humana. Léase la técnica, la industria, el comercio, la sociedad urbana; categorías de continuo cuestionadas interiormente, contradichas en su trayectoria vital y reflejadas en su obra, tanto en las letras (colaboraciones en prensa) como en el formato y técnicas empleados en las compilaciones de antigüedades y curiosidades populares. El joven Benjamín participó igualmente de algunos postulados estoicos (fuente, artículos, expresiones verbales y vida), como el vivir de acuerdo con la razón y el deber, y ambos identificados con la virtud, la exaltación de ésta, el autodominio ante la pasión y los placeres si la perturban. Pero acabará reafirmándose en la filosofía de los cínicos  (Grecia, siglos V y IV a. E.), una escisión de los discípulos socráticos, a su vez erigida en antepasados directos de los estoicos. Sin relación alguna con el significado de cínico como adjetivo, esta escuela niega la utilidad de la ciencia, se opone a las convenciones sociales e identifica la virtud con el desprecio por las riquezas y los honores. Pero será Diógenes de Sínope el cínico que más hondo y permanentemente incidió en la personalidad de Benxa y consiguientemente en su obra total. Virtud, soberano valor; riqueza falso bien, despreciable; pobreza personal (por única prenda un manto, por vivienda un tonel); acompañado de una linterna responde a quién le pregunta qué busca: “–Busco un hombre.” Antes de 1945 ya recrea Benxa la figura de Diógenes disfrazando y fotografiando a uno de sus hijos como tal, lámpara en mano y tonel de fondo (Entrada "Creaciones familiares", 27.11.2016).
Finalmente resta citar la cuarta componente que incide en su obra y la hace más comprensible. La crítica social. Como “sociológicos” clasifica Benxa un buen número de colaboraciones de variado asunto, aunque aquí coincidan, aleatoriamente, con la temática del trabajo. Mentalidad pre-contemporánea o pre-industrial, o contemporánea pero selectivamente decimonónica y ceñida a la sociedad rural, específicamente al campo-campesino, no al mecanizado. En cualquier caso ajena a su siglo, el XX. Consiguientemente, ni por la Historia Contemporánea ni por la Economía ni la Política de su siglo se interesó. Al contrario que por las creaciones literarias, al menos las del primer tercio de siglo, y la Historia y el Arte, desde la Prehistoria a la Edad Moderna e Ilustración y Jovellanos como punto final. La irrupción de la sociedad burguesa-industrial se convirtió, contrariamente al sentir de sus antepasados implicados en el nacimiento de la minería local, en una sociedad equivocada y hostil. Actitud romántica tardía en cuanto evasión hacia tiempo y espacio pretéritos, no presentes ni vivos. Pero también ámbitos amenazados de extinción y como tales objeto enérgico de una atención y registro inmediato, lo que contrarresta la nostalgia blanda e inactiva de cierto idealismo escapista. Manos a la obra, compromiso, medidas inmediatas aunque individuales. Esto cuando halló el filón de los Laminariums. Antes, en los escritos de crítica social, intentó exponer una óptica alternativa o de contraste, presta a la reflexión más profunda y menos unilateral sobre lo que “lo moderno” entraña realmente como progreso respecto a los principios despreciados con demasiada ligereza sobre “lo antiguo”.  Su defensa de la sociedad tradicional rural, frente a la creciente expansión urbana, de la autenticidad y austeridad de la cultura popular opuesta al materialista afán de enriquecimiento de ascendencia burguesa, o los efectos destructivos de la industrialización constituyeron un contrapunto para la reflexión aportado por un testigo directo de los cambios de esa etapa concreta que incluye los tres primeros ciclos de la industrialización ya histórica (revolución, consolidación y invasión). Podría entendérselo en cierto modo como anticipador a posiciones similares, pero dictadas por generaciones más jóvenes vinculadas a episodios tecnológicos más recientes, teóricos desprovistos de la base empírica en el primer siglo abundante de la mecanización, carentes del protagonista directo y del trasfondo  sentimental que se refleja en la sección periodística de la obra global de Benxa.
Los cuatro aspectos apuntados como materiales de apoyo para la aproximación –título del blog-  al Benxa articulista se expresan con una seriedad y estilo rotundamente ajenos a sus maneras de articulista. Leyéndolo asoma un ensayista de prensa ante todo humorista, jocoso, original, imaginativo, chisporroteante y también audaz, atrevido, travieso y de carácter fuerte, seguro y resuelto. Pero este cuadro expresivo, a su vez, contrasta de nuevo con su persona y personalidad al trato cercano (columna Sueltos, "Imágenes de Benxa..."), de por sí restrictiva como corresponde a un hombre muy activo, entusiasmado con sus aficiones, eminentemente familiar y selectivo para con las amistades. La primera sección de artículos sobre el trabajo pone de manifiesto esa fuerza en la escritura, en tanto que en esta última, menos enérgica, afloran recursos literarios muy de su gusto, como la opinión inversa a la real, el absurdo, lo imposible o utopía, la exageración, hipérbole o fantasía entre otras. 

[Véase también entrada "Muestra. Inicio" (18.2.2017)]









 Jugando a inventar días festivos no logra el autor hacerse pasar por un vago. Se trata de activar una de las figuras literarias más socorridas, la inversión del discurso, invitando a la vez a degustar el placer de la fantasía como compensador de las cortapisas a la felicidad que impone la sociedad humana. Publicado en Comarca, sin fechar.









Con cincuenta y pico años y unas inquietudes humanistas –“artísticas” a su decir- poderosas comienza a saborear las mieles de la jubilación, estado al que dedicará varias colaboraciones pero que aun se retrasará un cuarto de siglo más. Publicado en Comarca, sin fechar.










En otro artículo no publicado en este blog muestra profunda ternura y reclama compensación moral y material  para con un grupo de jubilados cuyo banco de reunión diaria, autoconstruido y orientado al sol, es destruido durante las obras del trazado una carretera. En estos de ahora su elogio de la jubilación temprana –medida barajada discontinúa y desigualmente en la Europa de la segunda mitad del XX-  es general y no discriminatorio para el uso que se haga de ella: sentarse o descansar sin más y merecidamente, o satisfacer inquietudes culturales quién cuente con ellas. Publicado en Región, 30 agosto 1964 (no consta número de página).










Aquí y en los anteriores artículos deja volar la imaginación con su vida de jubilado, en cualquier caso siempre activa, como de hecho fue, a pesar de su corta duración en proporción a los años de vida desenvuelta a dos tajos: el trabajo propiamente dicho y la afición sostenida, nunca interrumpida. Ésta otra dimensión laboral bien distinta, y de la suma de ambas la explicación al cultivo con profusión de la temática del trabajo. Ahora encuadrada en su obra articulista de fondo, pero también en otra clase de trabajos, como el libro La mina abandonada, del que se extraen algunos capítulos publicados a modo de artículos de naturaleza histórica y costumbrista para su publicación en la siguiente entrada. Publicado en Comarca, sin fechar.