Entrada 38. Publicada 12-enero-2017
17. Lecturas y diccionario de citas
Benxa, crónico y
adicto lector. Desde la niñez hasta los dos últimos años de vida donde su
actividad intelectual se redujo a la relectura de libros. Siempre había
distinguido entre el lector receptivo, nutricio y el lector transformador,
activo o creador. Simultaneó ambos, aun cuando su temperamento le inducía a la
acción y no únicamente al seguimiento de lo ya construido culturalmente. En la
misma expresión verbal directa, pero sobremanera en la obra literaria y en los
artículos de prensa queda patente esta comunión íntima entre lectura, pensamiento
y escritura. Las citas literarias (leeterarias)
sobreabundan. Inciden sustancialmente en su estilo pero trascienden más allá,
desde el momento en que se entrevén como sustrato y estímulo desencadenante de
sus ideas y teorías, tan controvertidas y dispares respecto del pensar común.
Éste compondría
el primer fruto creativo producto de la lectura continua. El segundo da cuenta
de la laboriosidad, mimo y provecho con que trató a los autores leídos; tanto ello
como el resultado final difícilmente explicable hoy con la proliferación de
recursos disponibles de ocio y aproximación a la cultura. Benxa leía y señalaba pasajes de interés a lápiz -los libros procedían siempre de préstamo
bibliotecario (ver columna Rara Avis)- y antes de devolverlos trasladaba a mano
a libretas lo seleccionado. Ya jubilado, con plena dedicación _como la habitual
en un humanista académico profesional, justamente lo que no fue_ concibió y comenzó a transformar sus libretas de notas escogidas de autores en un diccionario de
citas, del que alcanzó a elaborar los índices, pero no a gestionar su
publicación. Una cantera, un banco de ideas y aforismos indisociable de su obra
escrita; un diccionario de citas, otro género más dentro del amplio repertorio cultivado.
Libretas donde Benxa anotaba los pasajes de interés de sus lecturas. Cerca de una veintena, tamaño A5, lomo cosido, forradas con papel de estraza y numeradas.
Primeramente fueron concebidas como libretas de autores. Recopilaba fragmentos antológicos, transcribiéndolos para conservarlos, tal era el valor que les concedía. Y a la vez los utilizaba como material de consulta para sus trabajos literarios. Los autores, de plurales materias: Literatura (dominante), Historia, Filosofía, Antropología, Etnografía, Asturias, Religión, etcétera.
En la senectud, mientras trabajaba en la colección de antigüedades (sic) dibujadas y su edición como libros, escribía sus memorias informalmente, ordenaba su archivo de colaboraciones en prensa y creaciones familiares, abordó la preparación de un diccionario de citas inédito (arriba, muestra del índice temático y paginación). Y continuaba leyendo, marcando a lápiz en el libro, transcribiendo a las libretas, indexando las citas...
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