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Aproximación a la obra de "Benxa" (1907-1989) por Baltasar y Covadonga Álvarez Quintana se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional. Este blog está bajo una licencia de Creative Commons: Reconocimiento No Comercial - Sin Obra Derivada./ Se permite copiar, distribuir y citar públicamente esta obra, con la doble condición de que se reconozca y mencione a los autores y no se utilice con fines comerciales. Tampoco, y en modo alguno, se puede alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de ésta. Es voluntad expresa de los autores.

domingo, 30 de septiembre de 2018

154. Muestra 1. Colaboraciones en prensa (III). Columna "Tendal"

Letras>Artículos prensa
Entrada 154. Publicada 30-9-2018








Imagen actual del ambulatorio de Mieres, radicado en el ensanche de posguerra, en una
manzana donde se abordaron grupos de viviendas estatales de superior estándar que las del barrio de Santa Marina.
Pese al déficit económico de la autarquía y a la reducción del gasto social como una de las medidas para hacerle frente, entraron en funcionamiento a comienzos  de los años cincuenta en Mieres dos edificios en los que se pusieron en aplicaron los progresos experimentados por la medicina en los tres primeros decenios del siglo XX: éste consultorio comarcal y el hospital de Murias.





1.8  Colaboraciones en prensa (III). 
Columna "Tendal" (cont. 13). Parte segunda

2. El barrio de Santa Marina (cont.)
El gasto social en equipamientos y viviendas en Mieres previo a la fase desarrollista. Referentes para ilustrar la barriada de Santa Marina.
Se repite una vez más que este capítulo presupuestario sufrió recortes significativos, no tratándose ni de prioritario ni de proporcional a la población a la que debía servir. Distinguiendo entre prestación de servicios básicos y sus casas o edificios construidos ex profeso durante la autarquía dura de la posguerra y la emergente de los años 50, el balance en Mieres villa y nuevos barrios obreros es el siguiente. 
La sanidad pública, con antecedentes en la fundación del Instituto Nacional de Previsión en 1908 y otras iniciativas posteriores de protección de las clases populares, consigue hacer realidad el Seguro Obligatorio de Enfermedad (SOE) para todos los trabajadores en 1942, abriendo la puerta a la Seguridad Social. Sin embargo hasta la inauguración del ambulatorio de Mieres, dotado de servicios de medicina general, especialistas, comadronas y enfermería, la atención médica se prestaba de forma precaria, debiendo los beneficiarios acudir por al menos a dos locales diferentes para recibir atención médica. Por ejemplo, un vecino de Santa Marina debía acudir primero a un despacho donde solicitaba el permiso administrativo para acudir a consulta y, para ser recibido por el médico, un facultativo particular, dirigirse a su casa o al lugar de su consulta privada [oral]. Ni con personal ni con edificio propio contaba el seguro en un principio. No obstante, a comienzos de los años cincuenta abrirían sus puertas el consultorio central de Mieres, en el ensanche de posguerra, al que se acudía desde todos los puntos del concejo, y el ya citado hospital de Mieres radicado en Murias, que atendía los ingresos de toda la cuenca del Caudal. En los diferentes municipios se habilitaron los Centros rurales de Higiene, progresivamente alojados en un prototipo seriado de edificio mixto, con consultorio en la planta y vivienda del médico en el piso.
Sensiblemente peor fue la prestación en materia de enseñanza primaria durante toda la autarquía. Barrios tan populosos y con numerosa población en edad escolar como los dos de referencia constante, así como otras promociones menores prácticamente coetáneas a Santa Marina y San Pedro, no contaron en un principio con sus correspondientes escuelas nacionales, pero sí sin embargo con las respectivas capillas, luego convertidas en parroquias. Los diferentes gobiernos recurrieron, caso de Mieres, al uso de los centros ya mencionados [Entrada 150, 10-9-2018], donde acudieron los hijos de Benxa a cursar la enseñanza obligatoria, los laicos y los regidos por religiosos, estos fundados por la sociedad Fábrica de Mieres, titular del establecimiento siderúrgico y varios cotos mineros en las inmediaciones de la villa Mieres.
Coincide que el grueso de los productores de esta gran empresa tuvieron acceso a vivienda en los barrios citados, lo mismo que los de otras minas que abastecían los hornos altos de aquélla acería, caso de Benxa en Nueva Montaña Quijano (Ablaña). Se trata de otro indicio de la implicación de aquella empresa en la gestación de este par de barriadas, la de Santa Marina posiblemente de mayor orientación minera entre su vecindario, y San Pedro preferentemente ocupada por productores de la siderurgia por radicarse en el extremo norte de la la villa y por tanto más próxima a la acería. Hubiera o no un convenio firmado entre los gobiernos y la sociedad principal industrial local en materia de vivienda no es tan probable como una compensación, parcial, en materia de cesión de instalaciones docentes, además de exenciones fiscales u otra clase de contrapartidas. En cualquier caso, sino en este territorio de capital interés industrial, en otros puntos del Estado la escolarización obligatoria precipitó una caída similar a tantas otras durante el periodo más crítico de la dictadura, estimándose que hasta los años sesenta no se recuperó el índice de escolarización alcanzado en la república.
La alimentación, prioritaria dentro de las necesidades básicas, siguió racionada hasta el decenio más favorable de los cincuenta. En este sentido sí el gasto público procedió a generar espacios de comercio de frescos y envasados en los barrios. A pesar de que Mieres contara desde 1907 con un buen mercado cubierto de abastos, en Santa Marina, en la manzana que ocupaba la segunda fila por la mitad este del barrio, se levantó la “placina”, un pequeño mercado igualmente cerrado cuya dotación informa del interés, que no llegó a consumarse, por crear barrios como la misma autarquía cerrados y autónomos que la muy estrecha economía social no lo permitió llevar a cabo. Y de forma similar en San Pedro, donde una manzana, excepcional por su monumentalidad y concepción tradicional al concebirse cerrada a un patio, se proyectaron algunos bajos comerciales, sin certeza absoluta de su origen en el momento de construcción del barrio de nueva planta o cuando, a los pocos años siguientes el consumo y el comercio comenzó a despuntar de nuevo.











153.Muestra 1. Colaboraciones en prensa (III). Columna "Tendal"

Letras>Artículos prensa
Entrada 153 Publicada 30-9-2018









Otra parte [de los ocupantes de los barrios] cabe suponerlos atraídos como mano de obra no cualificada al sector de la construcción, por los años cuarenta especialmente activo en la edificación de estos grandes barrios de acogida de emergencia como fue el Santa Marina. Igualmente que en busca de empleo, desde ese mismo decenio y sobre todo en los dos siguientes, al también intervenido y favorecido campo de la construcción de viviendas de promoción particular, beneficiario del apoyo estatal mediante ayudas económicas. Fueron las denominadas viviendas acogidas, independientemente del nivel social al que fueran destinadas, si bien las más tempranas coincidieron con bloques urbanos de propiedad vertical destinados a las clases solventes, como cabe suponer, en mayor medida en Oviedo que en Mieres, donde este segmento social resultaba apenas significativo. Detalle de fachada de un bloque de viviendas de posición construido durante la autarquía en Oviedo. Tan sólo en torno a un hueco de fachada se acumulan elementos ornamentales y de estilo culto ausentes por completo en la configuración original del barrio de Santa Marina, del que se refiere en el texto la desnudez del aspecto exterior.





1.8  Colaboraciones en prensa (III). 
Columna "Tendal" (cont. 12). Parte segunda

2. El barrio de Santa Marina (cont.)
El barrio de Santa Marina desde el marco de la economía autárquica. El cruce de la coordenada historia con la coordenada edificación y vecindario.

La depresión profunda y duradera basada en el aislamiento económico y en el persistente déficit distribuyó sus escasos recursos y endeudamiento fijando prioridades y restricciones en el gasto público. Entre las primeras se encontraba el pago de la deuda contraída para sostener la guerra, la de las partidas destinadas a la reconstrucción selectiva, reponer los daños bélicos en determinados sectores productivos y, en especial, el coste derivado de la creación de organismos de intervención y control, ejército y orden público. El gasto social resultó ser el perjudicado en grado superior, reduciéndose más aún a medida que crecía progresivamente el déficit. Este desequilibrio parece contradecir el importante gasto en la creación de vivienda obrera que supusieron las grandes barriadas. Su explicación pasa necesariamente por un estudio detenido de los agentes que intervinieron en la promoción estatal, las fuentes de recursos, la legislación vigente e incluso de los mecanismos tributarios que pudieron posibilitarlas. Constituyen estos aspectos una parte fundamental para el conocimiento de estos barrios, y precisamente para estos más tempranos que inauguran una etapa de soluciones reales a la necesidad secular del alojamiento obrero y la eclosión del sector de la construcción de viviendas en general durante la dictadura. El corpus legislativo ofrece una fuente altamente elocuente en este sentido y cuenta en Asturias con algunos estudios puntuales a los que remitimos (1) y que nosotros planteamos estudiar sin éxito en el caso de la cuenca del Caudal y Oviedo (2). No obstante, a razón del propósito ya indicado en la entrada anterior para el tratamiento de Santa Marina cabe aquí un acercamiento complementario y rápido, producto de conectar algunos de los sectores productivos del momento con la barriada en cuestión, concretamente su incidencia en ella a los efectos propuestos: los morfológicos vinculados a la construcción y la vida social.
Caso de la agricultura, arrasada durante la guerra, fuertemente intervenida después, si bien nunca con el grado de atención que la industria. Se recurrió a mecanismos desacertados, excepto, inicialmente y como cabe suponer, en la producción de trigo panificable, precipitando efectos sociales desastrosos. Hambre, mercado negro, estraperlo y racionamiento de alimentos básicos no superados hasta los primeros años cincuenta. Los hijos de Benxa, hijos también de la posguerra, recibían medio plátano como fruta [oral], posiblemente un alimento y ración privativos para otros niños. Los vecinos de Santa Marina estrenaron las viviendas con la cartilla de racionamiento guardada como un tesoro. Y la situación de los campesinos, peor que la de los obreros industriales, precipitó un éxodo masivo, incomparable en su magnitud con el de la industrialización asturiana del siglo XIX. De las provincias españolas tradicionalmente más pobres y por la acuciante crisis supuesta por la guerra, acudían a la villa de Mieres y al pie de los enclaves industriales. La mayor parte de ellos se ofrecía como mano de obra en el sector minero y la siderurgia en forma de riadas de campesinos desesperados que describe Víctor Alperi (3). Otra parte cabe suponerlos atraídos como mano de obra no cualificada al sector de la construcción, por los años cuarenta especialmente activo en la edificación de estos grandes barrios de acogida de emergencia como fue el Santa Marina. Igualmente que en busca de empleo, desde ese mismo decenio y sobre todo en los dos siguientes, al también intervenido y favorecido campo de la construcción de viviendas de promoción particular, beneficiario del apoyo estatal mediante ayudas económicas. Fueron las denominadas viviendas acogidas, independientemente del nivel social al que fueran destinadas, si bien las más tempranas coincidieron con bloques urbanos de propiedad vertical destinados a las clases solventes, como cabe suponer, en mayor medida en Oviedo que en Mieres, donde este segmento social resultaba apenas significativo.
Uno de los principales e iniciales propósitos de Franco se orientó a las obras públicas (pantanos, igualmente generadores de poblados sociales de baja densidad destinados a la construcción de aquéllos y a la par de otros destinados al control de aguas y red de regadío) y la nacionalización de la red de ferrocarriles de vía ancha. Otro, más próximo a nosotros, de dirigía a privilegiar la industria, apenas dañada materialmente en la contienda. Se proponía alcanzar el desarrollo industrial puntero que los gobiernos predecesores no habían logrado; hacer de España una potencia industrial a imagen de la alemana, pero autosuficiente, sin capital extranjero ni intercambio comercial con el exterior. Lo mismo que concibió viviendas protegidas (“acogidas a los beneficios de la Ley..., todas de iniciativa particular), la autarquía concedió privilegios a las industrias calificadas de interés nacional, entre ellas las implantadas en el siglo XIX en las cuencas del Caudal y Nalón. Los trabajadores de la minería y siderurgia no sufrieron recortes de plantilla ni paro durante la autarquía, pero sí la congelación prolongada de salarios de obreros y empleados, el bajo nivel adquisitivo y la ausencia de consumo. La actividad productiva no cesó, pero se estancó por la falta de inversiones en modernización tecnológica. Otro aspecto más de la interrupción y retroceso del proceso modernizador y de progreso alcanzado en algunos sectores de la economía de la II República.
Todo parece indicar que la dotación de un parque numéricamente tan significativo de viviendas para operarios de la minería y la siderurgia entonces radicado en las cuecas, devino en un beneficio extraordinario para los productores industriales y un logro incuestionable de la política social de la primera autarquía. Queda pendiente profundizar en ello a numerosos efectos. Como sus rasgos diferenciales con la vivienda obrera de medio siglo atrás, insignificante estadísticamente respecto a la de la dictadura, incluso comparar los índices de resultados por conceptos con el alojamiento social posterior al franquismo. Discernir si fue una competencia exclusiva de los gobiernos del general (promoción y financiación) o intervino el agente empresarial, y éste en qué grado y por qué procedimientos. Incluso si, como el Seguro Obligatorio de Enfermedad (1941), se implicó a las tres partes mencionadas. O si se concibió la construcción de viviendas de nivel básico como un sector industrial, generador de empleo directo e inducido, en cualquier caso mal retribuido; o como un aliciente o medida complementaria de apoyo a la gran empresa y la industria; incluso como una medida más de garantía del orden público ante una necesidad básica tan acuciante y urgente como la heredada, una realidad en cambio ya instaurada en la Europa de entre-guerras promocionada por los gobiernos frente al anterior patronazgo de las empresas durante la primera industrialización; o, pero también y, una medida populista, etcétera, etcétera. 
En todo caso la construcción de estos barrios adelantados como el de Santa Marina supusieron un gasto muy inferior al que cabe suponer por su magnitud y número de viviendas. No fueron albergues provisionales, barracones efímeros de tabla como algunos que alojaron mineros en el puente de los siglos XIX y XX , o los módulos de chapa en que se albergaron temporalmente los vecinos de Santa Marina o la barriada de Tudela Veguín durante la reforma integral de los años sesenta. Pero aunque concebidos en fábrica de albañilería de la calidad de su construcción dice mucho la reforma integral a la que tuvieron que ser sometidos -estos barrios y no en cambio otros tipos de viviendas de igual promoción sólo unos años posteriores- con con apenas 15-20 años de uso, habida cuenta del periodo de medio siglo que se estima como promedio para la vida de una edificación en buenas condiciones.


________

NOTAS

(1). PEREIRA GIL, Ana Isabel, De la casa al piso. La vivienda social española (1939-1975) y su reflejo en un ámbito concreto de actuación. Langreo. Oviedo, Dirección General de Vivienda, 2006. Basado en Proyecto de Investigación del Tercer Ciclo, dirigido por Covadonga Álvarez Quintana, curso de doctorado 2005, Departamento de Arte y Musicología, Universidad de Oviedo.



(2). ÁLVAREZ QUINTANA, Covadonga, proyecto de investigación individual financiado por el Programa Sectorial de Promoción General del Conocimiento (DGICYT), Ministerio Educación y Ciencia, Enseñanza Superior. Título: Último medio siglo de arquitectura asturiana (1940-1990). Periodo de ejecución previsto: 1996-2000. Relacionado con el tema tratado se mencionan los siguientes apartados trabajados. 1) Archivo sobre arquitectura durante el franquismo en Oviedo 1936-76. Archivos en papel y digitalizado bajo la denominación de FRAN.OVI y redacción parcial del mismo, 1998-2005. 2)Arquitectura del mismo periodo en la cuenca del Caudal. Archivo en papel, título FRAN.CAU. A efectos de la vivienda social, estacar la muestra muy superior de iniciativas en el valle minero que en Oviedo capital, dada la reducida industria implantada, trasladándose este sector de la construcción a los núcleos radicados en el concejo (San Claudio, Veguín-Anieves, Olloniego, La Manjoya, etcétera. Por el contrario Oviedo ofrece el contraste necesario con el barrio de Santa Marina y similares, de las promociones oficiales para el personal directamente implicado en el régimen, así como las primeras iniciativas de viviendas acogidas para las clases más pudientes.


(3). DE TODA ESPAÑA, DE EXTREMADURA, DE CASTILLA, DE ANDALUCIA, DE GALICIA. A MIERES LLEGAN GENTES Y MÁS GENTES. LOS TRENES DEJAN RIADAS HUMANAS QUE SE PIERDEN POR LAS CALLES DE LA CIUDAD, POR LOS BARRIOS DE LA CIUDAD, POR LAS CASA PEQUEÑAS DE LA CIUDAD. Víctor Alperi, Dentro del río. 1965. Premio Plaza y Janés. [Inscripción sobre placa cerámica fijada en una fachada lateral de la antigua estación del ferrocarril de la Compañía Vasco-Asturiana, Mieres].

sábado, 29 de septiembre de 2018

152. Muestra 1. Colaboraciones en prensa (III). Columna "Tendal"

Letras>Artículos prensa
Entrada 152 Publicada 29-9-2018










A falta de la cartilla de racionamiento en el archivo de Benxa se conserva otro documento
social de la autarquía. El libro de familia de 1949, un año antes de instalarse en Santa Marina.
Incluye, muy a tono con lo tratado, "Extracto de Beneficios del Reglamento de Protección
de las Familias Numerosa". En materia de vivienda, junto con ex-conbatientes, mutilados, familias
de caídos en el frente, las familias numerosas gozaban de preferencia de acceso a las viviendas estatales
por el procedimiento de "oposición o concurso de méritos". Un mecanismo que más tarde
debió sustituirse por el de sorteo tras previa selección de aspirantes y del que da fe
los barrios más modernos popularmente conocidos como "tocotes."





1.8  Colaboraciones en prensa (III). 
Columna "Tendal" (cont. 11). Parte segunda 

2. El barrio de Santa Marina (cont.)
La autarquía (1940-1959). Primera coordenada.
Un ejercicio de claroscuro, la autarquía del primer periodo del régimen de Franco. Sombría, sombreada la época y progresivamente iluminada la historiación de la misma. Aquí, ahora a primeras realizaciones -subrayable primeras- de viviendas de promoción estatal a gran escala y alto indice de ocupación, los denominados barrios o barriadas para productores, como el de Santa Marina y exactamente contemporáneos, tanto su concepción y ejecución material como las circunstancias vitales del vecindario del vecindario que las ocupó.
Fue una autarquía concreta la española de los años 40 y 50 dentro de la amplitud conceptual del término: origen en la filosofía de la Grecia antigua (epicúreos, estoicos, próximos por lo tanto al espíritu de Benxa [Entradas 46. 19-2-2017 y 105, 19-2-2018]); manifiesta derivación hacia modelo económico (la autosuficiencia) impuesto a las clases populares de la historia universal previa a la revolución industrial; a partir del maquinismo adoptada dentro del sistema liberal aisladamente, con un acusado carácter tradicional y anti-progresista. Con estos antecedentes inmediatos en España (Cánovas, Cambó, dictadura del general Primo de Ribera) y como una síntesis de fuerte carga ideológica y rígido proyecto económico coherente con ella, cristaliza la autarquía que sigue a la guerra civil, dirigiendo la vida de los españoles durante dos décadas con un grave desajuste entre la ideología inicial y resultados económicos y sociales finales calificados de catastróficos. 
Este rígido marco que encuadra el acercamiento al barrio de Santa Marina fue concebido para salvar el deterioro general del país producto de su apertura al exterior (teoría, desde el ámbito de la cultura, ya suscitada por el regionalismo del 98), con el fin de convertirlo en una potencia industrial, independiente y cerrada al mercado exterior, refractario a sus injerencias, y preservadora de su brillante pasado histórico y cultural. Pero sus efectos gravemente indeseados sobre las condiciones de vida de la mayoría social, bien reflejados en el vecindario de la barriada mierense de referencia, pondrían de manifiesto el fracaso del modelo económico, su carácter retrógrado e involucionista, el estancamiento e incluso un retroceso del desarrollo aproximadamente de veinte años, la duración del primer periodo de la dictadura. De ahí la sustitución progresiva, desde dentro del propio Estado, del proyecto utópico inicial y su intensa carga ideológica, por otro modelo económico al uso en la Europa democrática, recuperada de su guerra en el tiempo récord de cinco-siete años, frente a los veinticinco como término medio que necesitó España. Una recuperación ésta que comienza al sustituir paulatinamente el nacionalismo autárquico por la liberalización económica y un giro moderado y parcial hacia el desarrollo a raíz de aprobarse el Plan Nacional de Estabilización Económica (1959-75).
La atención a Santa Marina en su fase de construcción y primer periodo de ocupación insiste en diferenciar, dentro de la autarquía, una subdivisión en dos periodos. La primera autarquía, la de la posguerra dura y cruda, coincide con los años 40 de los primeros gobiernos y la gran depresión española (gran depresión no sólo compete a la internacional de 1929). En la segunda parte de ese decenio será cuando se proceda al proyecto y construcción de la barriada intensiva que nos ocupa y sus coetáneas, a pesar de su calificación de intensiva, siempre considerando la escala moderada de las radicadas en Asturias. En estos años surgen otros gastos en materia constructiva, como los destinados a la reconstrucción de los daños de guerra, de monumentos sobre todo -coinciden con el traslado de Benxa a Lugo en calidad de aparejador al servicio de Regiones Devastadas-, monumentos simbólicos y viviendas para el aparato del régimen. Obsérvese cómo por estos años 1940-45 del periodo más depauperada de la historia contemporánea española, se aborda un volumen importante de viviendas sociales en forma de grandes barrios. Son los que abren la puerta al parque de viviendas básicas de promoción estatal para la clase trabajadora en Asturias y el resto del país, una necesidad de primer orden hasta entonces desatendida en términos generales, y sus contados antecedentes producto de la promoción de fuertes empresas mineras. 
¿Donde moran entre tanto los trabajadores de la minería y la fábrica siderúrgica de Mieres por estos años? Los efectivos que no cayeron en el frente, un cifra altamente significativa, darán continuidad a las fórmulas de infra-vivienda auto-gestionada descrita para Mieres villa en los años de la industrialización del siglo XIX y primer tercio del XX [Entradas, 98-100, 5 a 18-1-2018], (realquilados en barrios tradicionales antiguos, hórreos, pajares, casetas de madera auto-construidas en los barrios populares de Mieres y en las parroquias rurales con actividad industrial, etcétera). Por estos años, Benxa, que contrae matrimonio en 1940, ya cuenta siete años después con cuatro hijos, residiendo de alquiler en viviendas antiguas de Olloniego, Lugo y Ablaña, desde luego en mejores condiciones que las anteriores citadas, pero a la espera y con expectación del acceso a una vivienda básica oficial de nueva planta en Santa Marina.
Por su parte, la segunda autarquía (años 50 ó 1953-59), por algunos considerada una etapa puente entre el aislamiento general de España y la apertura al exterior consiguiente al Plan de Estabilización, supondrá una mejora discreta de las condiciones de vida de las clases populares y, a los efectos que aquí interesan, coincidirá con la inauguración y primeros años de ocupación de este tipo de primeras barriadas. En este subperiodo y primer capítulo de la historia del barrio y a raíz de la ayuda de los Estados Unidos (1953-63, siempre menor y retardada respecto a la Europa de posguerra), se respira un alivio en ciertos aspectos de la economía, inferior siempre entre la base social de los trabajadores que para la oligarquía y el aparato del régimen. Los pobladores del barrio de Mieres, incluida la familia de BNX, se benefician ahora de una vivienda moderna de estándar básico, recupera el nivel de renta vigente en 1935, cesa el racionamiento de alimentos y se asiste a un incipiente actividad comercial y muy tímido consumo.
La rectificación del planteamiento autárquico de la economía y su fracaso se hizo efectiva desde entonces y no sin fuertes reticencias por parte de los sectores de poder más nacionalistas. La aproximación al modelo de la Europa democrática y de la economía liberal abre definitivamente una nueva etapa con el Plan de Estabilización y los sucesivos planes de desarrollo que se activan. En cambio, ya en los sesenta, parecen descender las promociones oficiales de grandes concentraciones de viviendas similares a las que se inauguran en torno a 1950 (Santa Marina y San Pedro en Mieres capital, otras más en su término municipal y en los concejos de la cuenca del Caudal como Morcín o Riosa). Para toda esta primera hornada de alojamientos intensivos el fin de la autarquía propiciará la reforma integral del conjunto residencial, todo un beneficio para su vecindario, pero al mismo tiempo una prueba de la precariedad con que fueron edificadas en origen. Su reforma, prácticamente obligada, y lo que de ella se deduce no se repitió en el resto de las iniciativas de habitación estatal de los años siguientes, constituyendo un signo diferencial entre otros y que analizado con detenimiento contribuiría a caracterizar específicamente estas actuaciones pioneras respecto a ligeramente posteriores y siempre inferiores en número de vivienda. La familia de Benxa ya no conoció esta mejora del barrio abordada en los últimos años de los sesenta. Para entonces ya había trasladado su domicilio a una vivienda igualmente de alquiler, vinculada a la familia y radicada en La Pasera, lo que por entonces ya era casco histórico de Mieres.














lunes, 24 de septiembre de 2018

151. Muestra 1. Colaboraciones en prensa (III). Columna "Tendal"

Letras>Artículos prensa
Entrada 151 Publicada 24-9-2018











La última línea del texto principal, referida al barrio de Santa Marina de Mieres, lo hace extensivo  a sus numerosos hermanos dispersos dentro y fuera de Asturias. En consonancia se reproduce una fotografía aérea del estado actual del barrio de L´Ará/La Ará, en Riosa, hermano mellizo por contemporáneo y objeto de la misma promoción, aunque de proyecto adaptado a las condiciones locales. Un resumen de las características morfológicas y de algunos aspectos sociales de aquél, aplicable a sus homólogos, da comienzo en el texto principal, siempre a partir de ambos contenidos (social y del espacio construido) tratados en tono crítico y defensa de la barriada con que concibió Benxa la columna periodística "Tendal", publicada por los años cincuenta en el semanario Comarca de Mieres,  e inspirada y ceñida al barrio de Santa Marina del que fue vecino durante una década.  [Fragmento y tratamiento en blanco y negro de un panel de información municipal radicado en L´Ará, Riosa, 2018].              











1.8  Colaboraciones en prensa (III). 
Columna "Tendal" (cont. 10). Parte segunda

2. El barrio de Santa Marina

Benxa aporta, a título individual y como autor de la columna “Tendal”, una fuente de naturaleza periodística sobre el barrio de Santa Marina (parte primera). Su familia, con la experiencia directa de diez años de vecindad en el barrio, material de información oral y fotográfica que se incluyen en esta parte segunda. También desde el ámbito familiar se amplía este punto sobre la barriada, lo mismo que el siguiente centrado en el modelo/tipo de vivienda que lo integra, con un tratamiento rápido de carácter más técnico o especializado. 

Santa Marina deviene pues en denominador común, concentra la atención, amplía la dedicación y resume o esboza un tratamiento monográfico, un apéndice más de los que abundan en este blog. Así se concibe partiendo de Benxa como desencadenante y con el propósito de presentar el barrio como un caso concreto y a la vez representativo o genérico de las numerosas y primeras promociones de alojamiento obrero de alta densidad edificadas en la posguerra, durante aquellos años iniciales de la autarquía, dentro y fuera de Asturias (1).

El “Tendal” de Benxa recoge el estado del barrio y el vivir de su vecindario en el momento de su publicación (1953-¿?), sincrónicamente; o lo que es lo mismo, informa del medio físico, el espacio y, en términos generales, también incluye materiales de naturaleza sociológica. Pero pese al interés de aquél por la historia y el patrimonio construido o su formación como aparejador, posiblemente rechazara por tratarse de un efecto más de la modernidad el temario y los penúltimos campos de conocimiento por los que viene interesándose la historia, algunos de ellos convocados aquí para el tratamiento del barrio en el que residió e inspiró aquella su columna periodística, a pesar de que poco a poco fuera mezclando en ella la defensa de Santa Marina, en forma de crítica y realismo social comprometido, con recursos literarios que derivarían en su estilo posterior como articulista. 

No se trata de la gran historia, la medieval en la que se inició en su juventud [Entrada 41, 26-1-2017] ni de la moderna que puebla sus Laminariums [Entrada 23, 18-19-2016], esto es, las etapas objeto de la historiografía tradicional, las aceptadas por la generación del BNX joven, llamadas a ampliarse posteriormente. Se hace referencia ahora a un abanico de historias que enriquecen la contemporánea, integrando campos de conocimiento hasta entonces desconsiderados y más próximos al ser humano del común, por tanto equivalentes al interés de B. por la cultura popular aunque él la circunscribiera al medio rural y no al industrial. Citar estas historias, con menos años de desarrollo que los de la generación de BNX y que la misma vida del barrio de Santa Marina, obliga en parte a repetir la mención ya recogida en la entrada anterior. Resulta obligado no obstante, tanto porque adelantan el índice de aspectos a tratar en la barriada en cuestión, como por ampliarse sensiblemente exigiendo su diversidad una clasificación oportunamente coincidente con los dos mismos campos de información que ofrece la columna periodística “Tendal”. De una parte las hijas de la historia social, producto de la actividad colectiva (al caso, el vecindario de Santa Marina); de otra la historia de los espacios donde se desenvuelve la vida, el ubi, el dónde, el lugar, o con más precisión, los asentamientos humanos, siempre intervenidos físicamente mediante procedimientos constructivos, sean a escala territorial, el espacio urbano (la figura del barrio, dotada de una concepción diferente a la de la era preindustrial) o la edificación cerrada, los edificios (en los barrios los pabellones o colominas y su célula básica, la vivienda). Del primer apartado temático e historiográfico se recurre  a la historia de la vida cotidiana, la privada, la de familia, la de género. Del segundo, a la historia urbana (la villa de Mieres y la barriada de Santa Marina), la historia de la construcción y la historia de la vivienda obrera (terminología del siglo XIX), la vivienda de productores, estatal o de promoción oficial (autarquía y periodo de estabilización o desarrollismo) (2), hoy denominada vivienda social.

En lugar de recurrir al tan difundido término de transversalidad, optamos por el de coordenadas para la organización de los materiales a tratar para el barrio entonces más meridional de la villa de Mieres. Los componentes de la primera coordenada, ya referidos, serán combinados con los del otro eje, como no podría ser otro modo la historia de España del momento, más determinante e incidente por entonces, dadas las características del régimen, en todos los aspectos concernientes al barrio minero. El régimen franquista pero selectivamente, restringido a registros propios de la autarquía que incidieron en la dimensión social y el espacio intervenido constructivamente, los mismos que centraron la columna “Tendal” de Benxa y los que, ahora en diferido, entendemos como los dos marcos de ensayo de historiación del barrio concreto y de sus numerosos hermanos dispersos dentro y fuera de Asturias.                                        





NOTAS

(1) Otras iniciativas igualmente de promoción oficial más tempranas adoptaron figuras de poblamiento diferentes, por ejemplo a imagen de los pequeños núcleos de asentamiento rural. Por sus reducida dimensión y capacidad de alojamiento, muy inferiores a la de los barrios propiamente dichos como el de Santa Marina, pronto se revelaron como iniciativas utópicas abocados al fracaso y rápidamente sustituidas por operaciones de alojamiento proporcionales a la urgencia acuciante de la demanda de vivienda para la clase trabajador. Y en sentido contrario, en las grandes capitales del país, los barrios superaron con creces los índices de alojamiento hasta alcanzar los miles de viviendas. Para las primeras iniciativas se manejó el término de colonias, aunque no exclusivamente ceñido a los proyectos de las características indicadas arriba. Para Santa Marina insistimos en la propiedad de las voces barrios barriadas -esta última prácticamente extinguida en la actualidad y con connotaciones un tanto despectivas. La terminología utilizada, por sí misma, ya resulta un tema monográfico de la vivienda social durante el franquismo, más aún si se la confronta con su equivalente previa a la guerra civil, la de un periodo de casi un siglo que no puede desconsiderarse en calidad de antecedente y referente obligado.

(2) Durante el régimen de Franco fueron numerosas las fórmulas de intervención del Estado en materia de vivienda, en correspondencia con la política de signo clara y generalizadamente intervencionista. En los distintos grados de apoyo y fomento (desde la promoción directa a la protección parcial de las iniciativas particulares) intervinieron diferentes organismos y todo un corpus legislativo. Como producto de ambos resultan las diferentes calificaciones y denominaciones de los proyectos: grupo, colonia, patronato, barrio, cooperativa, etcétera, a lo largo de las dos grandes etapas económicas adoptadas durante el franquismo: la autárquica (1940-59) y la del Plan Nacional de Estabilización Económica (1959-75). Con una relación tangencial con el léxico de la vivienda social de estos periodos y especialmente con el primero, viene a colación la denominación de productor que sustituye, o lo pretendía, a la de obrero. Era el trabajador manual, la base de la fuerza humana de trabajo, el operario que calificamos hoy. Se percibía un reparo ideológico a usar la voz obrero por asociarla a toda clase de ideología y acción de dicho colectivo situado en el espectro de la izquierda reformista o revolucionaria.












martes, 11 de septiembre de 2018

150. Muestra 1. Colaboraciones en prensa (III). Columna "Tendal"

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Entrada 150. Publicada 10-9-2018









Emilia, la mujer de Benxa, cuelga la ropa de cama en el tendal ("Tendal") del patio trasero
de la vivienda de la familia en la calle "A", hoy denominada Río Caudal. Tan oportuna resulta
la toma para ilustrar el título de la columna periodística de Benxa como para reproducir a la cabeza ejecutiva
 de la familia en plena faena de colada. A ella asignaba los lunes de cada semana y la consideraba,
 fuera de toda duda, el trabajo más esforzado de todos los que componían la otra dimensión complementaria
de la propiamente ejecutiva (programar y tomar decisiones en la vida familiar): las labores de naturaleza física.
Ya en otro sentido, la foto amplía su contenido documental al ilustrar la fachada trasera de una línea de
pabellones de Santa Marina, justamente la del patio inmediato a la margen derecha del río Caudal. Lo hace
al reproducir un fragmento de los edificios de viviendas poco conocido, su estado a unos 5 años de
haberse inaugurado, bien distinto a la fisonomía que presentan hoy tras la reforma integral de los años sesenta.
(Fotografía posiblemente tomada por Benxa).






1.8  Colaboraciones en prensa (III). 
Columna "Tendal" (cont. 9). Parte segunda

1. Mieres. El interés por trasladarse a la villa natal de Benxa
Nada se recuerda haber oído en casa sobre quién proyectó y tomó la decisión del traslado de residencia desde Ablaña a Mieres, con la primera estación en el barrio de Santa Marina. Pero conocida desde dentro la vida familiar no cabe duda de que correspondió a la esposa de Benxa, Emilia, repitiendo una vez más la mención a su papel como directora ejecutiva de la casa y destacando al efecto su carácter anticipatorio y previsor, ese ver crecer/crecida la hierba cuando apenas despunta (1). Incluso cabe suponer que Santa Marina resultara el paso oportuno para establecerse en Mieres, como así fue. En absoluto consideró la condición de barrio obrero (el barrio, apartado 2, pendiente de tratar) radicado en el extrarradio sur de la villa, ni había antecedentes por entonces sobre la consideración social que entrañaría el residir en este tipo de espacios hasta entonces desconocidos. La opción a una vivienda de alquiler mínimo y moderna construcción, máxime comparándola con las deficiencias de la ocupada en Ablaña (vivienda, apartado 3) facilitaría de por sí el desembarco en Mieres. La decisión favorecía a la totalidad de la familia, a excepción de B. por los desplazamientos diarios al trabajo en Ablaña, aún así sólo parcialmente en el terreno laboral, pues por esos años ingresaría como profesor (¿Dibujo técnico, Topografía?) en la Escuela de Capataces de Mieres a tiempo parcial y en horario de nocturno (2).

Una familia numerosa con cuatro hijos en edad infantil y dos por nacer reclamaba, siempre ciñéndose a los proyectos de futuro de la mujer de BNX, una población mayor que superara las restringidas condiciones de vida que reunía Ablaña, es decir que ofreciera los servicios con que ya contaba Mieres por entonces más los en proyecto abordados por los años sesenta, cuando, tal y como experimentamos y ya escribimos en otra página de este blog, “Mieres era por entonces mucho Mieres”. Efectivamente, en las dos décadas indicadas, al mediar el siglo XX, la capital de la comarca del Caudal experimentó una expansión demográfica y urbana sólo comparable con la conocida durante los años de comienzos del 1900 y los finales del siglo XIX, señalada implícitamente al documentar la colaboración del padre de Benxa con el Ayuntamiento de Mieres, su participación en el equipo redactor del ensanche de 1905 y sus trabajos como proyectista y director de obra de edificios de modesta envergadura [Entradas 97-104, 5 enero a 7 febrero 2018]. Tras ambos episodios y como impulsores precisar la especialización del sector minero-siderúrgico que situó Asturias entre las comunidades más industrializadas del país. Pero siempre y en paralelo, sin dejar de considerar la contribución, dentro del último momento expansivo, supuesta por la creación de barrios mineros como el de Santa Marina, y con él otras muchas intervenciones similares dentro de la misma villa de Mieres. Espacios estos de aluvión, de acogida de la inmigración campo-ciudad (trabajadores procedentes de fuera de Asturias y de las comarcas más deprimidas de ella), fenómeno general que de soslayo se menciona ahora en su versión local y que en esta ocasión se produjo de forma dirigida y acompañada de la dotación de alojamientos básicos para los recién llegados, lo que no ocurrió, sino excepcionalmente, con el primer proletariado industrial en Asturias ni con el del resto de regiones, cuando desde su posición de origen, campesinos sin tierra, pasaron a convertirse en obreros sin techo;en suma uno de los puntos más candentes de la ya mencionada cuestión social, la falta de dotación de viviendas para la nueva y numéricamente dominante clase trabajadora.


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Edades de los hijos de Benxa y Emilia al instalarse (1950) y 
abandonar el barrio de Santa Marina (1960)

Primogénito: 9-18 años; segunda: 8-17; tercero: 7-16; cuarto: 3-12; quinto y sexta: nacidos en el barrio, respectivamente hasta los 6 y 3 años.



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Servicios que ofrecía Mieres a los ojos de una madre de familia que 
llega con hijos en edad infantil y sin descartar el crecimiento de la familia

(Desde Ablaña el acceso al grueso de estas equipamientos sociales implicaría el desplazamiento en tren a Mieres).

__ Centros de enseñanza
Ablaña, por entonces disponía de una escuela con dos aulas, niñas y niños.
Especial atención a este punto por parte de la esposa de Benxa.
Mieres, enseñanza primaria obligatoria. Grupo Escolar Graduado Aniceto Sela,El Liceo, creación en años del gobierno de Primo de Rivera (formación de uno o dos de los hijos de Benxa). Colegio religioso para niños, Hermanos de la Salle, centro graduado para hijos de productores de minas y planta siderúrgica de Fábrica de Mieres, edificio expresamente construido hacia el primer o segundo decenio del XX (dos-tres hijos del matrimonio cursaron estudios en él). Colegio religioso, niñas, enseñanza primaria y bachiller, Hermanas Dominicas, para hijas productores de Fábrica de Mieres, también con sección como colegio abierto a alumnado libre (una hija). Escuela mixta en Requejo (un hijo). En previsión de cursar proseguir estudios de bachillerato, Mieres ofrecía por entonces: Niños, centro laico, Academia Lastra (dos hijos), Instituto Público Bernaldo de Quirós, en funcionamiento desde finales de los cincuenta (tres hijos).

__ Atención sanitaria
Ambulatorio. Construido durante la Autarquía en el área oeste o suelo de barrios y barriadas obreras. Edificio singular de Mieres, conservado, responde al estilo del momento y reunía los servicios médicos (médico decabecera -expresión de la época-, especialistas, practicantes, enfermeras, comadronas, análisis clínicos) al nivel del alcanzado por la medicina de entre-guerras -sólo un ejemplo: comienzo de las vacunaciones obligatorias para niños. (La atención sanitaria constituyó uno de los puntos prioritarios en la atención y crianza de los hijos por parte de Emilia).
Hospital comarcal edificado en Murias e inaugurado en 1954.

__ Mercados
Abastecimiento de alimentos frescos. Dos mercados, el municipal, levantado en 1907 (año de nacimiento de Benxa) en el ensanche de Eugenio Rivera, uno de los primeros edificios en tomar asiento en el nuevo callejero. Y mercado cubierto en el propio barrio de Santa Marina. (La alimentación y el abastecimiento de los productos debió constituir uno de los principales móviles en el programa de mejoras proyectado por la esposa de B. -al menos así fue en los años siguientes). En cuanto al economato de empresa, Mina Llamas contaba con el suyo propio radicado en Ablaña.

__ Comercio diversificado
Ausente en Ablaña. Despegue en Mieres durante los años cincuenta, de apertura del país al exterior, y pujante en los sesenta, cuando aún no se conocía la dependencia respecto al de Oviedo, a pesar de las buenas comunicaciones ferroviarias con la capital. (Salir a mirar escaparates, una de las diversiones preferidas de la esposa de Benxa en los escasos ratos libres fuera del hogar (3), lo mismo que acudir al cine, acompañada de sus hijos -es conocida la aversión de BNX por dicho espectáculo [Entrada 110, 14-3-2018], tal y como se había generalizado en los años de esplendor del género de la pantalla gigante).

__ Ocio y tiempo libre
Varios locales de cine.
Primeras cafeterías y pastelerías. (Aquéllas objeto que llamaba la atención por su generalización incipiente a Emilia, quién proponía a Benxa acudir ocasionalmente, siendo éste reacio a frecuentar establecimientos públicos de hostelería).
El barrio de Santa Marina, por su parte, ofrecía un espacio libre más desahogado y seguro para el juego del los niños (al menos respecto a la vivienda de Ablaña, cuya fachada daba directamente a las vías del ferrocarril Vasco-asturiano y tras ellas a las del ferrocarril del Norte). En el llamado patio, tras la línea de colominas con fachada a la calle "A" (hoy calle Río Caudal), esparcían los niños entre tendales [Entrada 147, 11-8-2018, ilustración] y algún que otro gallinero improvisado del que da cuenta BNX en su columna semanal publicada en Comarca..
La avenida José Antonio (antes de Camposagrado, hoy de Manuel Llaneza), entonces no en vano denominada El Paseo, lugar de profusa concurrencia, punto de encuentro, salida obligada los domingos y festivos, etcétera.
Y por excelencia, para recreo de adultos y niños, la joya del Mieres de entonces, inaugurada hacia mediados de los cincuenta: el parque Jovellanos, con diseño de ascendencia francesa y toques de modernidad internacional en la pista de baile y el muy interesante quiosco de música. Unos treinta años atrás había sido proyectado el primer parque municipal de la villa por el arquitecto Teodoro Anasagasti, establecido en Madrid y con proyectos aislados en el Mieres de los años veinte. Ambiciosa iniciativa no llevada a cabo. Cuenta además con la curiosidad de su superficie próxima a la magnitud, pues se extendía desde la ampliación del ensanche abordada también por los años veinte hasta el mismo río Caudal, incluyendo curiosamente los terrenos que luego se destinaron a las barriadas mayores de Santa Marina y San Pedro, así como a otros promociones oficiales de viviendas de productores.



NOTAS Y COMENTARIOS

(1) Acaso más apropiado que en nota al pie resultaría adecuado, dada su naturaleza, mencionar esta curiosidad en un Suelto. Pero por evidenciar las no-habilidades del protagonista del blog y por compensar las complementarias de su esposa, se mantiene su difusión, otorgando prioridad al contenido de ésta por encima del lugar concreto en el que aparezca. En primer término, Benxa en absoluto resultaba conflictivo, sino por el contrario acomodaticio a las nuevas circunstancias que surgieran en la familia.Segundo, respecto a los cambios de vivienda -siempre se insiste que muy numerosos-, solía responder: _Yo soy un mueble, voy a vivir donde me digáis;incluso, en su última vivienda:_Soy como los gatos, soy de la casa, pertenezco a ella.Pero en otra situación, relacionada con lo anterior, caso de los preparativos para la mudanza de una familia numerosa como la suya, su mujer siempre decía con ironía que su contribución se reducía a atar con cuerdas las sillas de dos en dos. Posición extensible a cualquier labor mínima de reparar pequeñas anomalías de las instalaciones o muebles de la casa, incluida la electricidad, cuya especialidad, junto con la de industrial, figuraba en su título de Perito, hoy Ingeniero Técnico.

(2) Jornada diaria de 8 a 21 horas, aproximadamente, con dos descansos para comer y merienda de café acompañado de la pipa diaria, con frecuencia fumada de camino al centro docente. De ahí el apodo acuñado por los alumnos, el pipas


(3) La obra de Benxa, el resultado de esa vocación humanidades a ratos libres,como describe la cabecera del blog, hubo necesariamente que dejar facetas de la vida familiar al descubierto. Parece que no puede ser de otro modo. Era frecuente oír a su mujer responderle a quién le preguntaba por él: -En casa, entre sus papeles y libros. Esa clase de personas como con dos vidas, la profesional obligada y una afición o vocación intensa que alcanzan a desarrollar estirando lo que de elástico pueda dar de sí el tiempo, suelen contar con parejas que responden a dos tipos de personas. Quién se acomoda a ellos/ellas, dichosos de hacerlo por contribuir al mérito o supuesto talento que asignan al sujeto en cuestión, colaborando incluso en ese otro trabajo dígase intelectivo o creativo, y quienes desarrollan una posición crítica, poco frecuente en las esposas de este perfil de cónyuge  Más próxima a esta última posición puede interpretarse a la mujer de BNX, cuya exigencia surgía de la gran hacienda familiar que debía dirigir y administrar prácticamente prácticamente en solitario. La complementariedad de papeles desempeñados de uno y otra puede satisfacer desde afuera y a los ajenos a los postulados pro-evolucionistas de la mujer contemporánea. En un Suelto de próxima publicación se recogerá el parecer testigo muy allegado a la familia, reconociendo el papel desempeñado por Emilia. Y seguido la lectura más extendida y prevaleciente en el entorno de aquélla, el de la mujer tradicional ajena a estas cuestiones y cuestionamiento. Se trata igualmente de un dato oral, la repetida expresión en la que coincidían amigas y conocidas de la esposa de Benxa: _¡Mujer, ye tan buenu , y si ye eso lo que y gusta! Peor sería...