Letras varios>Libro La mina abandonada
Entrada 57. Publicada 28-5-2017
Entrada 57. Publicada 28-5-2017
Muestra 3.8 La mina-imagen de Benxa. Su versión de la mina
El título del
libro, La mina abandonada, parece
coincidir con la evolución de la industria carbonera asturiana en los últimos
tiempos, y una aparente predicción que el contenido de la obra descarta a la
vista de lo publicado hasta aquí. El sentido aportado por el autor al título
fue modificándose a lo largo de su prolongado letargo en imprenta. Primero la
adjetivó abandonada por la imagen
nostálgica y afectiva que inspiraban a Benxa las minas cerradas tras su
explotación, una cita más a la estética romántica de la seducción por las
ruinas en cuanto testigos del pasado. Más tarde mantuvo abandonada por la mina como tema general de creación literaria [ver
entrada fecha 12-4-2017]. Y finalmente (como recogerá en la
dedicatoria del libro) por entender que en el momento de su redacción ya habían
concluido los tiempos de la gran minería
local, que temporizaba en la generación
de sus abuelos (conocida de oídas), la etapa de madurez (1880-1918) que vivió
en directo a través de la profesión su padre; en suma, el descubrimiento y la
forja del sector minero, respectivamente, la Historia un vez más (el
historicismo romántico), el pasado como destino de escape ante un presente
materialista indeseado.
Todo lo anterior
con matizaciones. Vivida igualmente la secuencia de crisis mineras posteriores
a la primera posguerra europea, por los años 1947-48 en que escribe el libro, en
plena Autarquía, cuando el país depende exclusivamente de los recursos propios,
Benxa reconoce la importancia del sector energético hullero de Asturias. Recupera con optimismo la valoración de sus
antepasados de la región como foco neurálgico de la industria extractiva y
potencia industrial del país (junto con el País Vasco y Cataluña), motores de
progreso y desarrollo, aunque en el momento concreto lo fueran de subsistencia
y primera necesidad. Pero la necesidad del carbón (realismo, economía,
situación actual) no dirige el libro. Sale a colación como una de las dos coordenadas
de comprensión de la obra: una, la situación política-económica-social de los
años 1940, y la otra la creativa o
humanística, dada la naturaleza común de los aspectos tratados pese a su
diversidad. Volcado enteramente en ésta, Benxa transmite la visión de la mina
que se fue publicando en el blog; su mina-imagen en páginas, literaria en vez de
una instalación-modelo en tres dimensiones. De haberse publicado entonces, la
censura nada tendría que objetar, (como con algunas colaboraciones sueltas en prensa
de la etapa siguiente como articulista). El señoritismo
de algunos jóvenes que no habían perdido la guerra (a matizar en esquema
biográfico de B.) y mostraba inquietudes culturales [entrada fecha 19-2-2017, párrafo último día 28-2-2017, cita de Francisco Umbral], pero sobremanera la materias que integraban el libro, desde corrientes
literarias y estéticas, o la misma
recopilación histórica del colectivo de mineros del que se exaltaban sus
cualidades, lo presentaban como una obra inocua, sin proponérselo el autor. Aun
más, un trabajo exclusivamente cultural, identificado con el ideario
nacionalista de la Generación del 98 y del Regionalismo que le sucedió en las
dos décadas siguientes, e incluso útil en cuanto que aportaba pautas para la
comprensión de un sector laboral especialmente difícil para el Régimen. Obra
oportuna por entonces, no conflictiva y redactada con entera libertad por parte
del autor. ¿Qué otra cosa podía ser un compendio de minería asturiana y de sus
trabajadores en los primeros tiempos de la industria carbonera contemporánea
(Historia); de asunto y protagonistas vernáculos, específicos de Asturias (Antropología,
Literatura de género o costumbrista y raíces locales), complementada con
tendencias estéticas más universales, los acentos aludidos al Romanticismo, siempre
compañeros de Benxa en la obra escrita y dibujada.
Al final de la
minería autárquica y superada la segunda posguerra mundial, cuando en la Europa
de los sesenta se aborda la reconversión del sector y en España se pospone y
nacionaliza; cuando, también, Benxa cita
en algún artículo la constitución de lo que primero se bautizaría –entre otros
nombres- como “HU”, el autor del libro La mina abandonada, acogido a medidas de
rejuvenecimiento de plantilla, abandona el medio tras unos treinta y cinco años
de historial laboral. Lo hace para dedicarse a la docencia en la enseñanza media profesional, una especie de reconversión
laboral personal.
En 1948, cuando
fecha la última cuartilla del libro, ya había dejado escrito en algún párrafo
del mismo que el fin de la minería de carbón se avecinaba. En absoluto una
predicción, todo lo más una intuición -eso
que dicen un razonamiento del que se desconoce el origen, pero que lo es.
Posiblemente tres generaciones familiares, además de vinculadas entregadas con
entusiasmo a la minería son capaces de crear una cultura congénita, una
sensibilidad aguda hacia todo lo concerniente con el aprovechamiento de los
bienes del subsuelo.