Entrada 232. Publicada 15-4-2019
Reportajes (1934-1983). Autobiografía, cultura tradicional, historia de familia, historia social, literatura popular.
Reportaje Tabor. 1936-37.
Fragmentos, introducción y notas
Su presentación física repite la de todos los ejemplares de la colección, un simple cuadernillo confeccionado por el autor, mecanografiado a un espacio, lo que repercute en la densidad del contenido de sus 41 páginas con formato de cuartilla apaisada, escritas a doble cara. Resuelve la encuadernación del lomo con cinta de papel adhesivo re-aprovechado de las hojas de sellos de correo postal, reforzándolo con grapas. No figura fechado, pero no hay duda de que fue escrito en veces a lo largo de 1937 ó 1936 y 1937, a diferencia del titulado Revolución del 34 (el primer reportaje conocido de la serie), que redacta apenas pasados unos días tras la reducción del conflicto. Aparece firmado con un seudónimo inusual y exclusivo para este texto, nombre y apellidos que figuran y responden a las iniciales O.V.F. El texto relata los distintos episodios vividos durante la guerra civil, con menos intensidad emocional y más racionalidad que el tono que se aprecia en el anterior centrado en sus vivencias durante la revolución del 34.
_Me (nos) incluyeron en el bando nacionalista, como franquistas, porque eramos religiosos e íbamos a misa. Era el comentario verbal más repetido respecto a su posición en el conflicto civil. Todo lo contrario a la expresión dilatado y exhaustiva que obtiene con la lectura del reportaje Tabor. Más que un diario -género que nunca cultivó- se trata de un reportaje por episodios o capítulos, cada uno con el título apropiado a lo que en él se cuenta. De oídas apenas conocíamos un dato más, con el anterior las únicas alusiones a su vida durante la guerra. Citaba el periodo de privación de libertad en la iglesia del Sagrado Corazón de Gijón y el inminente fusilamiento de los reclusos con él allí encarcelados. La experiencia emocional previa queda descrita en el documento con el estilo preciso y a la vez trascendental y reflexivo, si bien finalmente no se procedió a la ejecución. El templo gijonés tan sólo fue uno de los múltiples destinos impuestos durante el conflicto. Reclutado en batallones disciplinarios, lo mismo fue destinado a proyectar un tramo de carretera que a realizar trabajos forzados. Permaneció encarcelado en varios centros, pero consiguió evitar el alistamiento en los batallones del ejército de Franco, y entre episodios de cárcel, aislamiento y los antedichos se intercalaron periodos prolongados de ocultamiento en casa de familiares o amigos de tendencia republicana. El texto recoge cómo progresivamente va considerándose integrante de la facción que inició el conflicto armado y tomando forma la consideración de los republicanos como enemigos. No sólo escribe sobre sí mismo en tales circunstancias, como cabe esperar de su tendencia natural al individualismo; sus reflexiones personales se trasladan universalmente al hombre y por ende a la fractura social que entraña un conflicto de tal magnitud. Aunque pueden leerse algunas referencias de clara animadversión hacia el ejército popular, su formación cultural, sensibilidad, espíritu crítico y filosófico-especulativo impiden calificar el reportaje como una exaltación fanática ni estrictamente partidista del bando fascista. Más bien puede decirse que sorprende la moderación y la ausencia de odio visceral hacia el bando en que la división social lo había situado. Todo parece indicar que el antecedente de la revolución del 1934 lo había fortalecido y preparado mentalmente para enfrentarse a una guerra que se presentía como inevitable.
Vivía sólo, soltero, aislado de familia y amistades, pero supo conducirse con moderación entre la tragedia de la guerra. Los párrafos seleccionados dejan testimonio de cómo sus recursos culturales o su patrimonio personal inmaterial amortiguaron los efectos dramáticos y le permitieron sobrellevar sin desfallecer intelectualmente y sin traumas el año abundante que duró la guerra en Asturias. Así consta al menos en alguno de los párrafos que siguen.
[Cita que abre el reportaje].
Oh, que divina alegría
la que nace del dolor
en una rosa de olor
que en el Calvario se cría
y florece en el Tabor.
(Verdaguer)
Horas de encierro. Muchas veces combatía el tedio cultivando temas de Arqueología, dilecta afición mía, y mientras tomaba notas de la erudita obra “Asturias Monumental, Epigráfica y Artística de […]. [Pág.3].
[…] exponía un articulista: “la criminalidad de los pueblos -decía literalmente- está en razón inversa de su cultura artística” ¡Qué verdad y qué sarcasmo! [Pág. 4].
Revolución y regresión. La revolución tenía sus coladuras. En su afán de romper con el pasado y establecer normas inéditas, a veces nos pone frente a frente con circunstancias pretéritas que la evolución paulatina había hecho desaparecer. Llegamos a hacer uso diario del pan de maíz, a improvisar jergones de hoja, a mendigar fuego por las casas para encender la lumbre y a alumbrar con candil (1). Todo ello de un uso simple, patriarcal y remoto. A mi me alegraba esta retrogresión porque siempre fue tradicionalista [de gusto por la forma de vida y la cultura tradicional] en el sentido académico de la palabra. [Páginas 11-12].
[Referido al batallón disciplinario donde sirvió] formaba aquel sector de la juventud ilustrada que había tenido el infortunio de ser sorprendido en dominio rojo […]. [Pág.19].
Yo, tímido, sin saber disparar un fusil, inepto en absoluto para las cosas de la guerra y con un peso de sesenta kilos escasos me sentí avergonzado al considerar que era sobrino [de Fernando, hermano de su padre] de un héroe de aquella guerra, gigante, atlético, que tras de sufrir la campaña de Marruecos fue a la Gran Antillas a hacer proezas guerreras y recorrió la isla, a pie, de punta a punta. Hoy figura su retrato como tipo de soldado español en un salón del Centro Asturiano de La Habana (2). [Pág. 25].
Una tertulia de melómanos que nos congregábamos en el dormitorio de un chico abogado, muy inteligente en música. Está enfermo y tan consumido [...]. [Pág. 27].
[Desde] la quinta de los escudos flordelisados fui destacado a un pintoresco [categoría estética que repite incesantemente en trabajos letras y aplica insistentemente también en los Laminariums] pueblecito ribereño del Nalón. [Pág. 29].
[…] campesino de leche y heno (3). [Pág.30].
CASTILLO DE PRIORIO. El castillo de Priorio es hermoso. Une a la silueta medioeval de sus torres el aspecto formalmente de su moderna construcción. Cuando íbamos a bañarnos al río o a lavar nuestra ropa admirábamos la altanera mole reflejándose en un remanso. A lo lejos el Aramo ingente y azulado sirviendo de fondo a un panorama de variados tonos verdes y foliáceos (3). [Pág. 31].
[Encadenados, camino del puesto de destino:]
_He perdido un chanclo, dijo S.G.
_¿Qué? preguntó V. sin comprender
_Que he perdido un chanclo. Tengo frío. [Pág. 32].
(L. Andreiev, “Los siete ahorcados”. [Pág.32].
[…] me dieron un fusil. _No lo sé manejar. _No importa; tampoco te damos munición. Vas de patrulla, que una patrulla siempre parece muy bien en la población. [Pág. 41].
[En el parque de la ría de Avilés, ante monumento a Pedro Menéndez de Avilés ¡el primer veraneante de Palm Beach! (3). [Pág. 41].
NOTAS
- En la sección del blog Cuadernos de notas Benxa recoge un listado de artículos objeto de trueque durante los años de la guerra, así como su valor, tanto el de los productos alimenticios del campo como el de los que canjeaban los residentes en núcleos urbanos.
- En sección Cuadernos de notas, pone a su tío Fernando Álvarez como una especie de bandolero, en cambio aquí aparece heroizado.
- Formas de supervivencia. El arte como trinchera imaginaria, o purgatorio. (Lo literario, lo poético, el humor, el sarcasmo, la crueldad].
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