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Aproximación a la obra de "Benxa" (1907-1989) por Baltasar y Covadonga Álvarez Quintana se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional. Este blog está bajo una licencia de Creative Commons: Reconocimiento No Comercial - Sin Obra Derivada./ Se permite copiar, distribuir y citar públicamente esta obra, con la doble condición de que se reconozca y mencione a los autores y no se utilice con fines comerciales. Tampoco, y en modo alguno, se puede alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de ésta. Es voluntad expresa de los autores.

viernes, 30 de septiembre de 2016

21. Contexto familiar. Emilia Quintana

Sobre "Benxa">Biografía>Aspectos
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Emilia Quintana Fernández, esposa de “Benxa”


. Tudela Veguín 1918-Oviedo 1985. Figura capital en la biografía de “Benxa”.
. Hija de Josefa (padres maestro cantero y pequeño comercio ella) y Severo (capataz de minas por la Escuela de Almadén). Reaparición y refuerzo en este contexto familiar del medio ocupacional minero.
. Contrae matrimonio con “Benxa” recién acabada la guerra civil, el 1 de mayo 1940. Festividad del trabajo, coincidencia para dos vidas marcadas por la laboriosidad, esa circunstancia casi siempre forzosa  y menormente elegida que afecta a las distintas clases sociales (interclase).
. Cuarenta y cinco años de matrimonio que concluyen con la viudedad de “Benxa”, sumido en un pesar irreversible (véase columna Rara Avis). Pone el punto final al desarrollo de su obra.
. Familia numerosa. Seis hijos nacidos entre 1941 y 1957 (muy espaciadamente, lo que dilató el periodo de crianza y el posterior de educación que recaen sobre la madre). Este punto arroja balances diferentes para ambos cónyuges, tanto a efectos de la unidad familiar como del número abultado de hijos.
. “Benxa” propicia la familia numerosa (véase columna de Sueltos) y encuentra en Emilia y el hogar creado la atmósfera óptima para el desarrollo de su obra, hasta entonces apenas esbozada. Para Emilia, once años más joven y desde niña, en calidad de primogénita de otros seis hermanos, de los que se definía como “niñera” [oral], una descendencia directa numerosa supuso un recorte sustancial de su vida de mujer joven, de la que se reconocía privada [oral]. Al mismo tiempo y a diferencia de su marido, tan elevado número de hijos condicionó su desarrollo personal y la vida propia paralela a la familiar. Su trayectoria, pues, no difiere del estándar de la genérica mujer doméstica (ama de casa) del momento, con algunas excepciones que la singularizarán (abajo).
. Las cargas familiares entre Emilia y “Benxa” se especializarán y diferenciarán (cultura familiar de la época), pero en ambos casos arrojan  una sobreocupación no propia de un matrimonio de extracción pequeño-burguesa. El marido dedicaba  unas 10-12 horas laborales diarias que permitían una economía doméstica moderadamente desahogada, más la dedicación intelectual vocacional restringida a los fines de semana. En cuanto padre y esposo aportó una calidez afectiva superior, un sustrato cultural y un régimen familiar abierto, liberal y de tolerancia. Pero su inhibición en otras facetas propias del pater familias, ampliarán el peso de las labores, ya de por sí gravosas, asignadas a Emilia en cuanto prototipo de mujer doméstica.
. Emilia desempeñará un papel estratégico en el gobierno de la familia, mixto además, por sumar las ocupaciones propias de la mujer con las encomendadas tradicionalmente al marido. Entre las primeras y simplificando, satisfacer las exigencias del marco físico de la familia, la vivienda,  amén de las atribuciones que se engloban bajo la expresión de  mujer reproductora, criadora y cuidadora. Y por otra parte, las responsabilidades y gestión de asuntos competencia del varón: seguimiento (estrecho) de la educación, estudios y trayectoria profesional de los hijos; toma de decisiones de toda clase, administración, economía, inversiones, patrimonio familiar, etcétera.
. Desempeñó igualmente otras competencias ajenas al papel de ama de casa en sentido estricto. Su formación elemental, reducida a la Instrucción Primaria (calificación final de matrícula de honor) y otras circunstancias frustraron las aspiraciones de proseguir estudios y alcanzar la profesionalización [oral]. Seguía de cerca la producción periodística de “Benxa”, a la vez que desempeñaba un papel entre intelectual y preventivo, una especie de primera censura anticipada a la oficial, a razón de ese estilo hipercrítico de “Benxa” que bien conocía y guiada  por su proverbial intuición. Pero acaso lo más destacable en  este sentido resulte su conciencia sólida de la desigualdad universal de la mujer, impuesta por y favorable al otro género. Una consciencia raramente presente en las mujeres de su entorno espacial, temporal, cultural, generacional. Una posición anticipatoria y en cierto grado intelectual por crítica;  intuida y a su modo razonada y hasta teorizada, que la cualifica cognitivamente y la conduce a una situación de cierto equilibrio con “Benxa”.  Pero utópica e inalcanzable en el terreno práctico. Contradicción sin conflicto a la postre, lo mismo que dicho ideario y el orgullo reiterado como madre de seis hijos (excesivos ya para aquellos momentos) y esposa de un hombre responsable y creativo a la vez. Así lo transmitia con frecuencia mediante su carácter sociable y característica expresividad, ambas de nuevo complementarias de la timidez y seriedad propias de "Benxa".

. A los especialistas en los Estudios de Género correpondería discernir dos posibles ubicaciones de Emilia en función del resultado global  descrito. Situarla más próxima al modelo tradicional de mujer ama de casa propio de su tiempo y del régimen político vigente. O, por su conciencia anticipada y crítica, unida a su polivalente funcionalidad, acercarla a la figura de mujer nueva emergente. Esa que, sin saberlo, dejó suspendida en la atmósfera de su casa para la siguiente generación.


Emilia y "benxa" de novios paseando por Meres. 1939



Verano de 1975



En el último domicilio de Mieres, hacia 1981







Mujer complemento y mujer suplemento: mujer y media. La complementariedad entre los cónyuges constituye un principio universal del matrimonio, sinónimo de plenitud y perfección.  No así el suplemento entendido como un plus o un extra. Creemos ambos presentes en Emilia. Un allegado al matrimonio destacaba lúcidamente [oral] la superioridad de su valía y labor infravalorada respecto a la faceta intelectual de “Benxa”. Independientemente de ello: realismo, pragmatismo, previsión, anticipación, exigencia, perfeccionismo e intuición especialmente aguda integran otra parte de la dote que aportó al matrimonio.




1 comentario:

Rosa Rodríguez La Piedriquina dijo...

Me encanta como lo contáis. ¡Enhorabuena por el blog! Benxa figura siempre admirada