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Entrada 94. Publicada14-12-2017
Entrada 94. Publicada14-12-2017
4.5 Manuel Álvarez Álvarez (cont. 13)
(Antepasados técnicos industriales de Benxa)
Años 1880. Etapa del mercurio en la sociedad El Porvenir. Aspectos temáticos
La relación capataces Rodríguez y Álvarez y la compañía El Porvenir
componen una tríada indisociable en los años más fructíferos, justamente los de
su existencia compartida. Hasta el punto de que ahora sí procedería hablar para
los tres de equipo, aunque la nominación no resulte literalmente
apropiada. En cualquier caso, el resultado de esta amalgama de tres vuelve a plantear dos cuestiones. Una, la
contextualización imprescindible de ambos técnicos con el medio profesional
directo, y más allá aún, la influencia recíproca ejercida por ambas partes, capataces
y empresa. O formular qué supuso de positivo esta relación para unos y otra. Y
como segundo aspecto probar si la singularidad y méritos profesionales de aquéllos –expresados como se indicó
siempre en términos hipotéticos y provisionales- reaparecen también en la sociedad radicada en
El Terronal.
Respecto al último punto, la Sociedad Minera El Porvenir _obsérvese que se
antepone la actividad extractiva a la trasformadora o metalúrgica también en el
nombre oficial completo- demostró a múltiples efectos un comportamiento particular
y elogiable equiparable a quienes fueron sus responsables técnicos, y como
ellos apostaron por los recursos del país y de la región frente al colonialismo
industrial europeo. Capital y accionistas de origen nacional (antigua
aristocracia reconvertida y burguesía emergente) y asturiano, desde sus
comienzos, al mediar 1840, cuando la irrupción de la industrialización figuraba
protagonizada por inversores y técnicos europeos. Tomando como referencia las
noticia sobre los antepasados técnicos mineros de Benxa al servicio de El
Porvenir –a riesgo de manejar una información parcial o fragmentada-, los responsables de la gestión de las
explotaciones y la transformación del mineral en mercurio procedían de la cantera de maestros mineros y
capataces formados in situ. En el
mismo sentido, hasta la llegada de Juan Stuyck, un abogado domiciliado en
Madrid nombrado Director-Gerente y dotado de atribuciones superiores a las del
director facultativo Rodríguez, la responsabilidad técnica máxima venía
recayendo en personal nativo, naturales del término municipal de Mieres.
Igualmente, por economía o por la competencia de su personal facultativo, El
Porvenir no desplazó a sus capataces principales por ingenieros-jefes, tal y
como se venía imponiendo desde los años en que Ramón Rodríguez tomó las riendas
de la empresa de El Terronal. A lo sumo se procedió a la contratación de
servicios puntuales de ingenieros consultores [veánse entradas correspondientes
a Ramón Rodríguez]. Todo lo relacionado hasta aquí no fue compartido por todas las compañías productoras de
mercurio y radicadas en Asturias, caso de la lenense dependiente de Fábrica de
Mieres, sino que se reiteró la tendencia a emplear capitales y entregar la
máxima responsabilidad técnica a europeos. En suma, se advierte en El Terronal
un programa de funcionamiento de empresa definido y diferencial respecto a
otras compañías del beneficio del azogue asturianas, más allá de la tendencia asturianista que pareció detectarse en este ramo de
la industria minero-metalúrgica regional y que imprime a El Porvenir y a
algunas sociedades mercuriales un rasgo
más de identidad respecto a los sectores hullero y del acero que ostentaban la
supremacía.
Así argumentado se confirma sintonía entre la empresa matriz , El Terronal, y sus capataces responsables a efectos de singularidad respecto a sus
genéricos respectivos. Y la propia compañía confirma indirectamente el mérito
profesional de sus técnicos medios nativos desde el momento que es a través de
su historiación reciente [Gutiérrez Fernández y Luque/Gutiérrez] cuando se
descubre el notable papel desempeñado por aquéllos en la que fue su etapa más
próspera.
Aunque el talento
y la labor de Ramón Rodríguez (ya documentados aquí) y el hasta ahora solo anticipado de Manuel
Álvarez se hayan tratado inicialmente como una realidad individual o personal,
parece haber revertido a la postre en beneficio de la empresa en forma de una
significativa contribución a la misma. Y a la inversa, el modelo de compañía
que adoptó El Porvenir favoreció la construcción de dos currículos
profesionales que en alguna medida superaron el nivel medio de formación propio
de su cuerpo profesional, acercándose a la especialización propia de los
titulados universitarios. Siempre matizando que en distinto grado, superior e
inequívoco en el caso de Ramón Rodríguez sobre Manuel. Pues la dimensión del
primero como investigador y diseñador de equipos industriales, ciertamente
excepcional entre capataces, tampoco se generalizaría entre ingenieros, más interesados
en la dirección de empresas, la
constitución de otras de su titularidad o participación en su accionariado
principal.
Nota
[El tamaño variable de la fuente del texto principal
y el de esta misma nota que se
advierte en el momento de su
publicación, resulta ajeno a
la voluntad de los autores].
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[El tamaño variable de la fuente del texto principal
y el de esta misma nota que se
advierte en el momento de su
publicación, resulta ajeno a
la voluntad de los autores].
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