Letras varios>Libro La mina abandonada
Entrada 58. Publicada 6-6-2017
Entrada 58. Publicada 6-6-2017
Muestra 3.9 Balance y final (I)
Se cierra con
esta novena entrada y la décima, ambas dedicadas al balance final, el examen
del único libro inédito de Benxa, asignado con el número 3 dentro del total de
los capítulos que integran esta parte Muestra. Se procedió a un seguimiento
dilatado y de detalle previsto únicamente
para algunos trabajos especiales integrados en esta sección cuarta del blog, por
contraposición al bloque anterior, Repertorio de trabajos, expuestos como
vista rápida. Igualmente, se informa de que este tratamiento
pormenorizado del libro de La mina
abandonada responde a la voluntad de ampliar el conocimiento de los
trabajos que consideramos más notables de la producción benxaminista, hasta ahora reducida exclusivamente a sus libros publicados, los Laminariums.
Supuestos propósitos
del autor.-
Con La Mina abandonada Benxa parece animado a cubrir
varios objetivos intrínsecos. Uno, iniciarse en un trabajo literario largo y de
temática asturiana (invariante de toda su producción). Dos, auxiliarse y probar,
dada su inexperiencia, el género novela del que venía siendo un asiduo lector, pero
siempre otorgando prioridad a otro patrón literario: el texto-colección de aspectos
de asunto minero. Tres, en absoluto infundir un tratamiento científico ni
especializado, sino por el contrario desarrollar un trabajo de divulgación (según él mismo
manifestó), más bien orientado a lectores foráneos, desconocedores de lo que
entrañaba para la identidad cultural de Asturias un siglo de actividad minera. Daba así por sentado que a los nativos, inmersos en ella, nada nuevo, atractivo ni
exótico les reportaría. Pero él, en cuanto hombre de mina también, cuando al
escribirla pretende convertir su mirada
en la de un espectador foráneo, sin apercibirse procede a una especie de
intelectualización del mundo del carbón, al confeccionar un producto cultural,
un compendio singular y atípico de la minería, de fácil lectura para propios y
extraños, mas nunca un tratado, como tal riguroso y sistemático.
Posición del libro dentro de la primera mitad del
desarrollo de su obra.-
Dentro de su
trayectoria de humanista aficionado, redacta el libro al cabo de la etapa
inicial de tanteo, repartida entre estudios de arte prehistórico, medieval y
concienciación del valor y defensa del patrimonio asturiano. A dicho momento de
juventud y soltería, sigue, coincidiendo como padre de familia tempranamente numerosa,
el corto espacio dedicado a la compilación y redacción de La mina abandonada, un ínterin
que resultará decisivo para la etapa siguiente, la de articulista de opinión en
régimen de colaborador. Precisamente algunos artículos publicados del libro subterráneo lo salvarán del calificativo
de inédito en sentido estricto y, lo
más interesante, háyase percatado Benxa de ello o no, revelan este trabajo como
una obra polivalente: de una parte como extensa colección de reportajes y
episodios mineros; de otra y como
primicia, se prestan a ser reconocidos como una colección de artículos, algunos,
anticipadamente, adscritos a la temática del trabajo que más tarde definiría
una de las líneas predilectas de sus colaboraciones “sociológicas” en prensa
[entradas fecha 23 y 24-2-2017].
Apuradas y numerosas síntesis confluyen en La mina abandonada.-
Cohesiona y
focaliza la obra un universo de aspectos que giran en torno a la actividad
hullera, aproximadamente entre 1880 y 1936. Coinciden con la etapa profesional
activa de su padre (información presencial y fuente oral capital) y,
sobremanera, con la experiencia directa de Benxa en el medio, prolongada unos
diez años más, hasta el período siguiente de la Autarquía. Personas,
personajes, escenas, sucesos y reflexiones sobre el hábitat laboral minero constituyen
la síntesis de base. Sobre ésta se sobrepondrán otras más complejas en un
ejercicio de amalgamar la diversidad de aspectos seleccionados. Véase por
ejemplo la misma naturaleza del texto,
mixta por
confluir rasgos de la novela (escasos y con impericia manejados) y la
recopilación de aspectos mineros, y
estos entendidos como reportajes (periodismo) o documentales tímidamente
novelados; ciertamente más próximo lo último a la voluntad de Benxa, quién
eludiendo cuestiones propias de la crítica literaria, resumía su trabajo como una
“miscelánea”, una “colección de reportajes” o géneros afines.
Diversidad de materias y un solo marco disciplinar:
las Humanidades.-
El pasado real,
la dimensión histórica (la Historia
menor que interesó al autor) como enfoque, cohabita con la creación literaria y
otros campos del conocimiento. Para aquélla se sirvió principalmente de fuentes
orales, empíricas (su experiencia en el medio precedida por la de su padre),
literarias (Plinio), textos de figuras relevantes para el devenir minero
(Jovellanos, Shultz, Van Straalen), noticias de prensa europea, estadísticas,
manuales antiguos de laboreo, etcétera.
La componente creativa,
lo literario -más allá de la novela
tal- se revela en las recreaciones, lo legendarizado,
los mitos, la idealización. O en las mismas autorreferencias (sustrato
biográfico), consustanciales al quehacer literario universal y en el caso
concreto de La mina transferidas al
segundo protagonista, Martín. Las lecturas del joven Benjamín, permeables a los
escritores noventayochistas, a los ensayos regeneracionistas y su derivación en
los regionalismos explican en parte este interés por lo genuinamente vernacular que ahora hace bascular sobre el
medio minero. Sin que por ello -una síntesis más- renuncie a categorías universales de las
letras y el arte, y entremezclándolas con el carbón aflore la beta romántica en
capítulos tangenciales con lo pintoresco, el heroísmo, lo pasional o la
sensibilidad superlativa de un picador de leyenda.
Las materias manejadas
en la síntesis no terminan aquí. Las reflexiones de fondo, breves ensayos
intercalados, apuntan hacia la Filosofía, lo mismo que a una de sus hijas, la
Estética, los pasajes detenidos en la imagen del espacio de la mina, activa o sumida
en las ruinas. Otros aspectos, más aislados orgánicamente, atañen al campo de
la técnica (tecnología, estructuras, laboreo, utillaje), y ellos precisamente, sumados
a la mirada sensible hacia las huellas del hábitat minero, conectan con los
intereses de la Arqueología y el Patrimonio Industrial, campos de conocimiento
recientes que Benxa nunca podría haber imaginado como tales. Y finalmente y por excelencia, construye el epicentro del libro sobre el hombre de mina, el colectivo
que la trabaja en la oscuridad, la materia humana en (la) profundidad. Tras ello parece introducir una rendija a la antropología cultural o, por lo menos, a la cultura popular o etnografía. Todas estas materias, aunque resulten solamente apuntadas, confirman lo que dicta una parte del
subtítulo del blog, materiales de cultura
asturiana, acaso ahora extensible a la síntesis
de materias varias, aplicable al caso del libro en cuestión.
[Ver entrada 18-2-2017, Muestra.Inicio, párrafo añadido 15-6-2017]
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