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miércoles, 19 de julio de 2017

70. Muestra 4. Contexto familiar (II). Ignacio Rodríguez

Sobre "Benxa">Biografía>Aspectos
Entrada 70. Publicada el 19-7-2017












4.3 Ignacio Rodríguez Vallina (cont. 2)
(Antepasados técnicos industriales  de Benxa)




REFERENCIAS INDUSTRIALES PARALELAS IGNACIO RODRÍGUEZ VALLINA
(1827-1882)
RESEÑA BIO-PROFESIONAL
1860 (década).
Se asiste a una recuperación general de la producción de mercurio que beneficia igualmente a la sociedad El Porvenir donde prestaba servicios profesionales Ignacio Rodríguez.
1862. Ignacio obtiene el título de capataz de minas por la Escuela de Mieres, posiblemente cursando los estudios en Langreo, donde el centro estuvo radicado temporalmente. Graduación tardía para un puesto que ya venía despeñando tiempo atrás.
Seis años más tarde, noticias publicadas lo recogen como capataz aprobando un plano por él mismo levantado sobre el Aumento a Peña (mina de cinabrio). Y en ese año de 1868, sobre el mismo expediente tramitado ante la Jefatura de Minas de Oviedo, actúa como testigo y representante de El Porvenir, entidad pre-titulada “Sociedad Minera” .
Años 1870.
La industria del mercurio vive una etapa de esplendor entre la mitad de los años 70 y 1900/1905. La misma sociedad El Porvenir aborda en este decenio una inversión fuerte en la modernización de sus instalaciones, equipos técnicos y humanos (continuidad de técnicos y directivos nativos) que se traducirá en un incremento sustancial de los beneficios.


Fábrica de Mieres, constituida en 1879, se suma a los negocios del mercurio y a las empresas especializadas radicadas en Mieres en las inmediaciones de su establecimiento. Procede a la adquisición de las minas de azogue de la Soterraña, en Lena.
Esta es la última década completa en la que Ignacio presta servicios en la empresa. Noticias publicadas lo vuelven a presentar en 1871 como representante del Porvenir en la resolución definitiva del expediente de Peña que enfrentó a la empresa con su vecina y homóloga La Unión. En esta tramitación y por planimetrías se documenta el equipo directivo que en principio creímos corresponderse con el de El Porvenir, resultando finalmente tratarse de un documento procedente de la Delegación o Distrito local de Minas. A título de curiosidad, una vez recogido y enmendado el error, dicho documento, firmado por supuestos funcionarios, contempla efectivos de titulación superior, con cargos diferenciados de ingeniero general y jefe, así como ayudantes facultativos, todos con nombre y gentilicio español.
En lo que concierne al cargo directivo de Ignacio en El Porvenir, se opta por una conclusión doble, flexible y provisional. Una, dejándolo en semi-entredicho al utilizar la información oral , y otra confirmando el puesto de director mediante documento inédito procedente del archivo familiar y hallado a destiempo. Así pues, en el primer caso, pueden mantenerse como fiables o muy ajustadas las alusiones de Benxa a su abuelo Ignacio como directivo, aún admitiendo que la información oral, más si procede de dos generaciones anteriores,  pueda resultar inexacta, lo que no impide que aporte indicios de una realidad no rigurosamente cierta pero cuanto menos orientativa. Téngase en cuenta que Benxa conservaba un volumen de memoria muy superior de su abuelo Ignacio que de su tío Ramón. En consonancia -y para no deshacer más texto del construido inicialmente- mantenemos que Ignacio fue el primer capataz titulado de la familia, y antes de ello capataz de hecho en activo, lo que entrañaría una promoción laboral (y familiar) acrecentada por desenvolverse en un nuevo sector productivo -el industrial-, considerado superior al agrario de origen.  Que para la empresa El Porvenir fue considerado como una persona de su entera confianza (representante en actos administrativos y legales). Y a la inversa, o más bien como causa parcial de lo anterior, destacó por su entrega y fidelidad a la sociedad El Porvenir, según Benxa acredita en notas con dos anécdotas hoy del todo impensables y críticamente cuestionables: el negarse a un aumento de sueldo por considerar suficiente el asignado, y el recurrir a sus numerosas hijas para labores de recaderas de la empresa o de la sección minera de la misma con el objeto de ahorrarle gastos en operarios. Ambos casos se prestan a interpretaciones múltiples. Entre ellas el efecto aún muy vivo de la condición original del campesino desmonetarizado; la irrupción de las mujeres en los trabajos mineros, como una continuidad de su polifuncionalidad en la sociedad rural; la comprensión del patrón como el señor hacendado del que el campesino es deudor de rentas fijas y muchas más traducciones posibles. Siempre teniendo en consideración la fecha tan temprana del fenómeno industrial en la que se desenvolvió Ignacio, a juicio de Benxa (artículos) un momento donde las relaciones trabajador-patrón/empresa muestran un cariz bien diferenciado al que se impondrá a lo largo del último cuarto del siglo XIX (el que corresponde a su hijo Ramón), y ni qué decir tiene al siguiente tercio del siglo XX.
Desde el punto de vista documental se remite a una carta del 23-4-1887, enviada por Juan Stuyck (director o gerente administrativo de El Porvenir a Ramón Rodríguez, primogénito de Ignacio y por entonces director de producción en la misma empresa). Trata sobre un grupo de documentos reunidos por Stuyck para su envío y posterior estudio a llevar a cabo sobre  la mina Esperanza por parte de Ramón. En dicha colección se incluyen dos planos firmados y fechados en 1861 y 1862 por Ignacio Rodríguez. En el mismo listado y con anterioridad (años 1850) se mencionan planos del ingeniero Paillette, de Francisco Bobadilla y Pío Juneré -estos sin mención de título de ingeniero-,  además de una carta de Schulz al presidente de la junta de accionistas en 1844. Entendemos que los autores de los planos se corresponden con los directores de la empresa, correspondiendo el de Paillete a un encargo puntual en la misma sin descartar un cargo de máxima responsabilidad en el año de 1850, al poco de iniciarse la producción de mercurio en El Terronal.

Los 1880. Prosiguen su curso alcista El Porvenir y el mercurio de Mieres, Lena y los mercados nacional e internacional. La empresa a la que se dedica esta columna asiste ahora un nivel ascendente aún superior al alcanzado en los años anteriores. Su reconocimiento industrial crece en función de las inversiones de los años 70 y siguientes, del nuevo equipo directivo y, especialmente, de la creación de tecnología propia para el aprovechamiento del cinabrio. De todo ello (columna izq.) sólo una parte mínima llegará a ser del conocimiento de Ignacio, fallecido en 1882, dos años después de la llegada de Stuyck como director gerente o administrativo. Una parte de la que fue partícipe sería la formación de un tripartito ejecutivo integrado por el ejecutivo recién incorporado, su hijo Ramón en calidad de director facultativo o de producción y su yerno Manuel Álvarez, padre de Benxa.
Claramente no llegará a tiempo de conocer Ignacio la investigación en nuevas tecnologías en hornos de azogue a cargo de su primogénito. Con anterioridad a la construcción de los dos primeros hornos a cargo del inventor de Mieres (1884 y 1888), otros de patente ajena a la empresa ya habían sido instalados en los episodios anteriores de modernización de la fábrica. Pero su rendimiento económico no fue comparable al alcanzado por los de Ramón, estudiados experimentalmente y probados con excelentes resultados en la planta de El Porvenir.


Pero estos hechos últimos de la tabla, en parte acontecimientos tanto para la industria del mercurio, como para la empresa en la que se gestaron y para los antepasados de Benxa, conciernen al tratamiento específico de Ramón Rodríguez Álvarez. O como Benxa contaba con humor, como toda una curiosidad, a propósito de un músico popular que escuchó en vivo, quién al tocar se confundía e introducía en la pieza acordes de otra: _”No, esperai, que esto ye de otra” [otra entrada del blog].







Raíces y base del tronco del árbol genealógico de Ignacio Rodríguez.
Figuran él y su esposa Josefa, junto a sus padres respectivos.
Fragmento del dibujo de Benxa, 1979.





REFERENCIAS



1/ Publicadas (columna izquierda)


M.F. Fernández Gutiérrez,, “Innovación tecnológica y desarrollo de la metalurgia del mercurio en Mieres, Asturias. Siglos XIX y XX. El ejemplo de la Sociedad Especial Minera El Porvenir”, VII Congreso de la Asociación de Historia Económica, Zaragoza, 2001, págs. 1-26.


C. Luque Cabal y M. Gutiérrez Claverol, La minería del mercurio en Asturias. Rasgos históricos. Oviedo, 2006.


O. Puche Riart y F.J. Ayala Carcedo, “GuillermoP. D. Schulz y Schweizer (1800-1877): su vida y su obra en el bicentenario de su nacimiento”, Boletín Geológico y Minero, vol. 112-1, 2001, págs. 105-122. Hay versión PDF.



2/ Materiales procedencia de Benxa
Información oral.
Notas varias para memorias.
Árbol genealógico de D. Ignacio Rodríguez Vallina y Dña. Josefa Álvarez Fernández. Mieres, 1979.
Artículo “El mutis de las polainas”, sin fecha de publicación [Entrada 7-3-2017].




3/ Otros
Contrato de arrendamiento (arrendatario, Ignacio Rodríguez), Mieres, 1872. AHPA, Protocolos notariales, Mieres, 10734.
Carta de Juan Stuyck a Ramón Rodríguez, Madrid, 23 de abril de 1887.

















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