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Entrada 77. Publicada el 8-8-2017
4.4 Ramón Rodríguez Álvarez (cont. 4)
(Antepasados técnicos industriales de Benxa)
3 / Diseñador industrial / proyectista de hornos
para la obtención de mercurio
Invento e inventor
constituyen términos prácticamente en desuso. Pero hasta hace
escasas décadas aún se estudiaba en la enseñanza primaria la lista
de los más relevantes. No es el caso de Ramón Rodríguez, cuyos
varios hornos diseñados para la obtención de mercurio, dada su
especificidad, debieron de conocer una breve vida útil , dado el
relevo del mercurio por la plata para efectuar las amalgamas de
metales. De cualquier forma, un capataz de Mieres, un autodidacta
convertido en inventor industrial proyectará y patentará tecnología
punta para la industria del mercurio en un momento en que ésta
ocupa una posición destacada y atractiva para los inversores. Los
modernos hornos Rodríguez destituirían a los tradicionales de
Almadén, factoría histórica y una de los principales enclaves
mundiales en la producción de mercurio. Es más, acabarían
instalándose en la antigua fábrica manchega, lo mismo que en otras
empresas del ramo del mercurio radicadas en Levante y Andalucía, en
vida del inventor y luego en beneficio de las patentes por parte de
sus herederos. Sus hornos industriales fueron objeto, igualmente, de
publicaciones en revistas especializadas y premiados en exposiciones.
NOTICIAS PARALELAS | SOBRE LOS HORNOS RODRÍGUEZ |
. Hornos, piezas fundamentales en la industria
minero-metalúrgica. En el sector de mercurio permiten obtener el
metal líquido a partir del mineral de cinabrio calentado a altas
temperaturas, por destilación. Hornos a la manera antigua Fueron los inicialmente instalados en El Porvenir por técnicos y operarios procedentes de Almadén. Serias dificultades funcionales surgieron al abordar la adaptación a las condiciones naturales del mineral en Asturias. . Años 1850, el ingeniero Casiano de Prado aborda las primera reformas (sociedad El Porvenir) para adaptarlos al carbón (1860), combustible abundante y económico en Asturias, al contrario que en Almadén donde se alimentaban los hornos con leña. Esta intervención ya figura considerada como parte del proceso creciente de innovación tecnológica del sector del mercurio en la cuenca del Caudal. . 1874, el ingeniero belga Van Straalen, al frente de la empresa de Muñón (Lena), crea el horno Bustamante o de aludeles (sin noticias de patente). Como horno, resultado no satisfactorio, si bien ha de sumársele al mismo ingeniero la investigación de otra operación favorable al beneficio del mercurio: la obtención a partir del arsénico (sustancia implicada en el proceso transformador industrial) de sulfuro de arsénico, un producto nuevo y comercializable. Modernos hornos sistemas Rodríguez
. Primer horno a su nombre.
Proyecto y construcción Rodríguez.
Bautizado como Mufla Rodríguez.
1884
No patentado.
Instalado y en
funcionamiento en El Porvenir (fábrica de El Terronal, Mieres,
modernizada a la llegada de Stuyc,k probablemente por sugerencia
de Ramón y en relación con los nuevos proyectos de hornos).
Tres años más
tarde se instalarán en Almadén. (Los autores de referencia
subrayan la inversión de los dos enclaves mercuríferos en cuanto
artífices de equipos de producción).
Parece tratarse
de un horno continuo de retortas, objeto de numerosas reformas que
pondrán los cimientos de los modelos siguientes, producto del
perfeccionismo del autor.
|
Ramón Rodríguez conocido como Vallina de segundo apellido,
por confusión con el de su padre Ignacio, debió comenzar la
investigación en hornos antes del año 1880, previamente o ya
desempeñando el cargo de director de producción. Desde niño
vinculado a la sociedad El Porvenir, tuvo ocasión de comprobar
las deficiencias de los hornos en funcionamiento y su sustitución
frecuente, causas de los bajos rendimientos en la producción
final del metal, una mercancía precisamente caracterizada por el
alto beneficio generado a mínimas cantidades, exactamente a la
inversa que la minería del carbón. La dedicación investigadora de Rodríguez centrada en los hornos y en su resultado final además de exitoso relevante, puede interpretarse como una confluencia de factores de diferente naturaleza, pero que en cualquier caso lo singularizan respecto a otros capataces e ingenieros de su generación. . Inconformismo con las bajas tasas de producción que atribuía específicamente a los hornos. . Como directivo su objetivo se orientaba a la consecución del mayor beneficio posible para la empresa y, supuestamente también, para sí mismo, en concepto tanto de la participación accionarial ya común por entonces entre la cúspide de la plantilla, como a efectos de los mismos honorarios percibidos [3.500 pesetas anuales, 1899, dato Fernández Gutiérrez]. . Hasta aquí intereses materialistas. No en vano el futuro inventor ofrece el perfil estándar de un directivo de empresa bien adaptado al régimen liberal burgués. No comparte su trabajo como teórico de temas socio-industriales, caso por ejemplo del ingeniero Gascue; ni en higiene o prevención de riesgos por la alta toxicidad de las materias objeto de laboreo. . Pero de otro modo apunta hacia ciertos rasgos desinteresados, asociados a los primeros tiempos del maquinismo en establecimientos menores y enclaves aislados. Se trata de esa especie de identificación como propia, e incluso afectiva, con la empresa, parece ser que heredada de su padre Ignacio-ya publicadas anécdotas al respecto- y acaso también producto de haber nacido prácticamente al pie de los yacimientos de cinabrio y los humos de cocción del mercurio. . Su dedicación científica al estudio de las limitaciones de las máquinas de hornear y su corrección surge por iniciativa propia de un directivo oriundo, no por encargo de la sociedad minera ni por la contratación de personal ajeno expresamente a tal fin. Y desde fechas tempranas, estimándose que debió combinar los estudios técnicos con la gestión productiva. . La llegada de Stuyck en 1880 como gerente administrativo, sin duda supondría un alivio en la carga laboral, a la que seguiría la contratación de Manuel Álvarez, liberándolo éste de las responsabilidades derivadas del ramo de la minería del cinabrio y carbones. No en balde ambas incorporaciones tienen lugar en los años 1880, los de cristalización de los hornos modernos Rodríguez, justo cuando sin abandonar totalmente la producción extractiva, cabe suponerlo volcado en mayor medida en los estudios y experimentación científico-tecnológicos. . Todo ello con el concurso del talento y la capacitación profesional deducibles de los resultados obtenidos. Pues a la postre el primogénito de Ignacio R. Vallina se formó como un autodidacta. Su obra -a diferencia de la de su sobrino Benxa- exigía conocimientos especializados de un nivel muy superior a las nociones básicas recibidas como alumno de la Escuela de Mieres. Materias científicas y tecnológicas (Física, Química, Mecánica, otras) arroparon sus ingenios o artefactos dentro de una perspectiva optimista hacia la industria en cuanto artífice del progreso presente y futuro -los valores luego cuestionados por Benxa. |
REFERENCIAS PUBLICADAS
M.F. Fernández Gutiérrez,, “Innovación tecnológica y desarrollo de la metalurgia del mercurio en Mieres, Asturias. Siglos XIX y XX. El ejemplo de la Sociedad Especial Minera El Porvenir”, VII Congreso de la Asociación de Historia Económica, Zaragoza, 2001, págs. 1-26.
C. Luque Cabal y M. Gutiérrez Claverol, La minería del mercurio en Asturias. Rasgos históricos. Oviedo, 2006.
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