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Aproximación a la obra de "Benxa" (1907-1989) por Baltasar y Covadonga Álvarez Quintana se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional. Este blog está bajo una licencia de Creative Commons: Reconocimiento No Comercial - Sin Obra Derivada./ Se permite copiar, distribuir y citar públicamente esta obra, con la doble condición de que se reconozca y mencione a los autores y no se utilice con fines comerciales. Tampoco, y en modo alguno, se puede alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de ésta. Es voluntad expresa de los autores.

domingo, 7 de octubre de 2018

157. Muestra 1. Colaboraciones en prensa (III). Columna "Tendal"

Letras>Artículos prensa
Entrada 157. Publicada 7-10-2018












Plano callejero básico de Mieres.
En tono amarillo los barrios de Santa Marina (derecha) y San Pedro (izquierda).
Aunque sea el primero el objeto de atención, en adelante se hará referencia continúa
San Pedro para una mejor comprensión de Santa Marina. 






1.8  Colaboraciones en prensa (III).
Columna "Tendal" (cont. 16). Parte segunda. 

Situación y entorno de Santa Marina. (Estudio)

Con el crecimiento del Mieres de la autarquía desaparecerá casi por completo la vega que alimentó durante siglos a sus vecinos asentados precisamente en el borde este, arrimados a la ladera para no reducir el suelo productivo. Luego, en poco más de un cuarto de siglo, por efecto de la industrialización y la recesión de la sociedad rural, los terrenos de la vega perpetuarán su productividad no sin antes someterse a las nuevas directrices económicas tan radicalmente transformadoras del medio como generadoras de beneficios extraordinariamente superiores a los generados por los frutos anuales del campo. Lo que hoy conocemos como recalificación del suelo sucedió entonces pero de una forma acelerada y convulsa, creando figuras territoriales hasta entonces desconocidas: de una parte la construcción de infraestructuras industriales (red de ferrocarriles y naves en sus inmediaciones) y de otra, la generación de suelo urbano. Dos agentes de la metamorfosis sufrida por el territorio local, y también dos nuevas fuentes de recursos inseparablemente unidas que, procedentes de Europa quedan plasmadas con literalidad en un territorio periférico, únicamente por efecto de la disponibilidad de los recursos naturales más preciados para la primera industrialización.
Todo el suelo llano constituido por depósitos fluviales figurará intervenido por la acción constructiva en sus diferentes formas y usos. El industrial, desde el último cuarto del siglo XIX, ocupó el área central de la mitad sur a raíz de la construcción del ferrocarril del Norte (espacio inmediato al puente de La Perra) y el denominado localmente ferrocarril de El Vasco (terrenos de La Mallacina), siempre sin salvar el río Caudal. Así pues, la actividad industrial se anticipó a la residencial en este punto de la vega, no llegando a liberarse los restos de esta industria histórica hasta muchos años después de la autarquía.
Precisamente un entorno industrial de naves y vías de ferrocarril definió parte de los límites destinados a la construcción de Santa Marina. Concretamente el borde norte de acceso al barrio y el costado este. La entrada se efectuaba atravesando necesariamente las vías de la estación del vasco y los galpones de la calle Fleming -hoy sustituidos por edificios de viviendas de calidad- para luego traspasar el arroyo canalizado (el canal) en cuya margen izquierda daba comienzo la barriada. Por el noroeste más naves industriales, por el oeste el río Caudal sin encauzar y por el sur restos de la vega llamados a convertirse un cuarto de siglo más tarde en otro espacio intensivo de vivienda social con un planteamiento de conjunto bien diferenciado, tanto como su misma denominación genérica de polígono residencial que vino a sustituir la de barrio.
Se ilustra un ejemplo más de emplazamiento marginal y discriminatorio común y generalizado para los espacios residenciales obreros con más de un siglo de vigencia en la historia urbana del sistema liberal burgués. La radicación indicada parece resultar todavía más acentuada en lo referente a las condiciones indicadas que la del barrio hermano de San Pedro, situado en el extremo opuesto, al norte del ensanche de los años cuarenta, donde ni vías ferroviarias como barreras ni instalaciones industriales incidían negativamente en el espacio habitacional. De San Pedro no puede prescindirse como referencia constante dada su construcción simultánea a Santa Marina, independientemente de que 1949 parezca haber constituido el año del fin de obra de ambos y ligeramente pospuesta la entrega de llaves en el último citado. San Pedro concebido aquí como barrio hermano, pero no exactamente gemelo a varios efectos morfológicos. Precisamente insistimos en estas diferencias manifiestas en un tratamiento comparado como un recurso de enriquecimiento del análisis y definición de la identidad formal de Santa Marina, aún cuando se lleven a cabo por el proceso inverso al habitual, esto es, poniendo de manifiesto no únicamente sus rasgos propios observados aisladamente, sino incluyendo aquellos otros en los que difiere del barrio de San Pedro. 
Los terrenos sobre los que se asentó Santa Marina contaron con una superficie sustancialmente superior a los de San Pedro (primer rasgo diferencial). Tanto la orientación de las calles, plazas, patios y pabellones se corresponden con precisión con la que prevaleció en los distintos planes de crecimiento de la villa de Mieres. Y lo mismo la regularidad, compartida por Santa Marina respecto al núcleo urbano de Mieres, ese orden ortogonal que sólo parcialmente se detecta en San Pedro y que afecta igualmente a su perímetro trapecial, disímil al rectángulo del conjunto habitacional situado en el extremo sur. Las razones pueden apuntar a dos proyectistas diferentes, dos circunstancias del medio físico o cualquier efecto de la intervención humana como pudo ser la misma preexistencia del trazado del ferrocarril minero con dirección a Fábrica de Mieres, determinante en la imposición una diagonal determinante para el trazado de conjunto.
En ambos poblados las infraestructuras que se abordaron en la fase previa de urbanización se beneficiaron de la disponibilidad de terrenos vegueros llanos, tan escasos en la orografía asturiana, desconociendo el condicionante supuesto por los solares en pendiente propios de los valles estrechos. Costosos movimientos de tierras y obras de contención dificultaron la construcción de otros barrios homólogos de la misma cuenca (Les Maces/Las Mazas, Morcín) o sus proximidades (Olloniego). 
En cuanto concentraciones de viviendas de promoción oficial habría que considerar la titularidad previa de los terrenos y la operación por la que el Estado tuvo acceso a los mismos. Existiendo dos etapas previas, la de suelo rústico que lo vincularía a un gran hacendado en términos del régimen de propiedad del orden preburgués, y un segundo periodo como suelo de uso industrial consumado que entrañaría un traslado de titularidad a una o más empresas, cabe suponer que la disponibilidad como suelo residencial resultaría producto de una operación entre el Estado y una sociedad industrial, lo que en términos del régimen político entonces vigente, más que de una compra-venta o expropiación pudo tratarse de una cesión a cuenta de la edificación de alojamientos para productores de la que se beneficiaría igualmente la sociedad empresarial.
El proceso inicial de urbanización dotó al barrio de agua corriente, alcantarillado y suministro eléctrico. Tres servicios con los que no contaron en origen (primer tercio del siglo XIX) las aisladas iniciativas de alojamiento obrero, siempre en un número de viviendas restringido y por entonces objeto de promoción de las empresas mayores del valle del Caudal. Especialmente en materia de servicios higiénicos, tanto de agua corriente como de sanitarios, por lo general colectivos. En suma, una situación, ésta que se describe como precedente, a caballo entre la carencia integral propia del medio rural y los servicios modernos urbanos prácticamente generalizados en las áreas de viviendas sociales de la Europa de entre-guerras. De modo que las infraestructura de las que se dotó a Santa Marina aventajaron y modernizaron la vivienda obrera histórica al tiempo que supusieron el acceso a las mismas por vez primera del grueso de la población que se instaló en el barrio, en su mayoría procedente del medio rural de Asturias o de las regiones tradicionalmente asociadas a las migraciones forzosas.









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