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Entrada 160. Publicada 10-10-2018
1.8 Colaboraciones en prensa (III).
Columna "Tendal" (cont. 19). Parte segunda.
Entre calles, plazas y patios: pabellones. (Estudio)
Infraestructuras y espacios públicos hasta aquí referidos carecían de razón de ser sin la construcción cerrada, es decir, los edificios que contenían las viviendas, siempre teniendo en cuenta que éstas, como unidades de alojamiento familiar, constituían el objetivo capital de tales iniciativas. Como elemento esencial del poblado, justificante del mismo y razón de ser, cabe entender la vivienda como célula básica del tejido del conjunto del barrio, coincidente con el del núcleo de Mieres en su orientación y orden geométrico. Hasta aquí las afinidades, pero no más allá. Observadas en detalle dos manzanas del plano de Mieres y de Santa Marina [Entrada 157, 7-10-2018] resultan evidentes las diferencias, y lo más interesante, la discrepancia del tejido creado en el barrio a partir de prescindir del esquema de manzana cerrada que se impusiera en los planos de las ciudades del antepenúltimo siglo.
Por el contrario en Santa Marina las unidades de edificación adoptaron la forma de pabellones, un prototipo de edificio de características precisas profusamente utilizado en la arquitectura del siglo XIX, destinado a albergar de forma económica, higiénica y organizada (disciplinada también) grandes colectivos de escasos recursos (cárceles, cuarteles, hospitales e internados en general). No extrañe entonces que se adoptara, con la adaptación necesaria, para los barrios populosos de la autarquía, y antes de la segunda guerra europea en las numerosas promociones de viviendas sociales. Ni que resultara un objeto construido propio de la sociedad industrial, basada en la multiplicación y repetición seriada, ello tanto en los productos fabricados como, a los efectos ahora oportunos, en la misma edificación cerrada. A fin de cuentas la nave industrial, la tipología que alberga la producción seriada de artículos, obedece fielmente a estos principios, extensibles a otros temas constructivos nacidos con el maquinismo, ocupando un lugar preeminente entre ellos el edificio con formato de pabellón. Trátese del pabellón como unidad aislada que da forma al edificio o, en el caso más frecuente, producto de la combinación de varios en disposiciones diversas, lo que da origen al edificio de pabellones unidos, incluso a composiciones agrupadas de unidades independientes.
Pabellón, planta de desarrollo longitudinal y estrecha, cuyo interior sin distribuir (nave industrial, salas de los hospitales decimonónicos) o distribuido (sucesión de viviendas) recibe ventilación e iluminación directa por ambas fachadas (tramos largos del volumen), excluyendo las piezas ciegas o interiores. De ahí la califica de planta abierta, contrapuesta a la construcción cerrada, compacta, de formato cuadrado u oblongo cuyo interior se abre a patios reducidos de ventilación (edificio de viviendas colectivo asociado a la burguesía urbana del XIX). Pabellón de una planta, barracón (en construcción militar) y barraca (en Asturias), la tipología básica de vivienda económica, agrupada en varias unidades formando una hilera o pabellón terrero/terreno. Pabellones también, conceptual y morfológicamente, los llamados en Asturias cuarteles obreros, promociones puntuales de empresas fuertes abordadas por los años del cambio de siglos XIX al XX (caso de los localizados en el valle del Caudal).
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