Entrada 208. Publicada 2-2-2019
Por los caminos del dibujo Benxa efectuó algunas aproximaciones al terreno del diseño gráfico. Sus ex-libris o varios carteles. Siempre por iniciativa propia o solicitados desde su entorno local o amistoso. También en esta línea menor de trabajos se mostró coherente y estructural con su carta temática y maneras dibujísticas. Es el caso de este cartel, diseñado en los primeros años de su obra laminaria, por entonces todavía no publicada, pero claramente influido por ella. No deja de resultar una agrupación de los múltiples motivos que inundan cada hoja de sus cuadernos de dibujos y notas de campo luego trasladados a láminas. Incluidos sus queridos personajes caricaturescos y emblemas de folclore y asturiania populares. Pero ni el color ni la composición salvan un género que no es el suyo. (Cartel publicado en 1976).
Dibujos de Benxa. Etapa juventud-madurez
Años 40-60. Desviaciones del dibujo de monumentos y de los futuros laminariums. Artes y diseño gráficos [2 de 2]
. Diseño de carteles, cabeceras de artículos, crismas y otros varios
Benxa, efectivamente, podría haber trabajado en las entonces llamadas artes gráficas. Contaba con un sentido acertado de la composición, un buen manejo de la rotulación y se desenvolvía con facilidad en distintas modalidades de dibujo. De haber sido así, estaríamos hablando ahora de un dibujante profesional y posiblemente de un buen dibujante en este campo gráfico y quizás en otros, lo que no podemos expresar ahora, insistiendo siempre en su condición de aficionado a ratos libres. Lo que quedó en un simple hábito natural y espontáneo, dibujar, explica la diversidad de manifestaciones con las que se entretuvo y agradó a los de su entorno -de nuevo el arte popular. Se le conocen diseños de crismas para sus compañeros de trabajo basados en escenas mineras, ya se publicaron sus cartas ilustradas para la familia [Entrada 24, 24-10-2016], así como los murales que ambientaron las piezas principales de su casa [Entrada 35, 18-12-2016]. La doble habilidad con la pluma y el lápiz facilitó que él mismo ilustrara sus colaboraciones periodísticas o, como una variante de éstas, diseñara cabeceras para las secciones fijas, algunas ya publicadas como la ambientada en los monumentos medievales de Olloniego [Entrada 202, 23-1-2019] o la que ilustró la columna “Tendal” [Entradas 141-164, 12 julio a22 octubre 2018].
Se entretuvo también -entretenimientos que remiten a los de su padre- con el diseño de carteles, recordando algunos llevados a cabo por los años sesenta, bien por encargo, bien por iniciativa propia con el fin de presentarlos a concurso. Son los precedentes de éste de Ballota [Entrada 28, 13-11-2016], el único conservado, elaborado en 1975 pero publicado para los festejos del verano siguiente. Cuenta con un comentario ya publicado en este blog que se reproduce al pie de su imagen. Ahora, revisada con más detalle su producción gráfica, insistiríamos en lo indicado más arriba, cuando se presentó en términos de suposición su carrera como trabajador de artes gráficas. Es el caso de la referida composición, resuelta en Ballota en tres campos superpuestos, destacando con claridad los datos prioritarios propios de la convocatoria que entraña todo cartel: el nombre del festejo y la fecha de su celebración. Y en el centro el peso visual de atracción, aquí concebido domo una escena resuelta con elementos ya conocidos de otros trabajos suyos. Unos, efectivamente, objetos recogidos para sus laminariums (capilla, imagen del santo elevada al espacio celeste); otros entresacados de la iconografía de la cultura tradicional asturiana con toda propiedad por hallarse todavía vivos en la celebración de esta festividad de San Roque. Los tratados como de símbolos del folclore musical por un lado (gaita y tambor), por otro reproduciendo un baile popular con figurantes ataviados al caso.
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