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sábado, 22 de diciembre de 2018

187. Heráldica. Colección de dibujos de escudos del concejo de Mieres

Dibujos varios>Heráldica
Entrada 187. Publicada  22-12-2018








Escudo de Aguilar, dibujado en 1930 por el joven Benjamín a solicitud de su padre,
más interesado por la Historia de lo en un principio supuesto. Constituye la primera
copia dibujada de una pieza de la cultura material de Asturias y el embrión de las colecciones
de antigüedades o Laminariums a los que dedicaría el último tramo de su obra plural
como humanista vocacional y aficionado que supo inventar el tiempo de entre el tiempo
que se nos entrega ya ocupado o sustraído.







Heráldica. Colección de dibujos de escudos del concejo de Mieres

"Escudos del concejo de Mieres". Texto de "B" (1), 1953 y comentarios. (1 de 2) 
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Actualmente en Mieres no hay más que trece escudos. Trece dibujé del natural y el último, el número catorce, hube de copiarlo de una reproducción, con ser de los más nobles y más legítimos, es para mí el único bastardo... En Mieres había más aún de trece y de catorce. Sucedía aquí lo que decía Ortega y Gasset de esta comarca del Norte, que “apenas damos cuatro pasos sin que una pared nos muestre sus bíceps blasonados”. Pero no todos están aquí, algunos fueron desmontados acaso por amenazar ruina y almacenados en los desvanes, otros se llevaron a otras residencias de los mismos propietarios en concejos extraños. Yo anduve por alguno de estos Concejos buscando su paradero (2)y casi sin provecho, pero aunque infructuosa no por eso me pesó hacer esta pesquisa que me dio ocasión de saborear en la realidad todo lo que yo _asiduo lector de Valle Inclán_ había imaginado leyendo sus libros, sus sonatas y sus esperpentos, donde el eximio novelista gallego tan bien describe el aspecto y la vida de las casonas hidalgas.
En el año de 1930 mi padre se fijó en el escudo de A. y se admiró de lo bien conservado que estaba (3). Tuvo interés en que yo lo dibujara (4)y una tarde fui ante la pared, donde aún está dando vista al valle del Caudal y al fondo la sierra del Aramo. Esta pared donde está enclavado no es, precisamente, la de un palacio y sí la de un caserón sin huecos apenas y sin gracia. Hay en aquel paraje la leyenda de una joven perteneciente a la familia del escudo, que por no dejar la casa y la hacienda en manos de mujeres, para evitar que fuera a la guerra el único varón de la casa, se vistió ella de soldado y empuñando las armas se portó heroicamente en las batallas, habiendo muerto en una de ellas, con cuya circunstancia se pudo apreciar su verdadero sexo. Esto me contaron mientras tiraba rayas sobre el papel (5)./
Recuerdo que un vecino me facilitó una escalera de mano para llegar a la proximidad de la pieza, medirla escrupulosamente y hacer el dibujo. Este resultó satisfactorio a juicio de mi padre y de otras personas a quienes enseñe la lámina. Encuadré ésta a la inglesa (6)y estuvo más de veinte años colgada en casa sin que se me ocurriera hacer más copias de escudos (7)./ Por cierto que una reproducción de ella se la remití a un amigo mierense residente en Madrid y perteneciente a la familia cuyas armas había copiado. Me contestó dándome las gracias y manifestándome a la vez la poca estima en que tenía esas cosas del linaje. Yo mismo no sé qué pensar sobre la importancias de las genealogías y de la ciencia del blasón. He leído sobre ello opiniones contradictorias y tengo ideas contradictorias también. Puedo opinar que, sin darle un aprecio exagerado, deben por lo menos conservarse las armas heráldicas a título de ciencia histórica y todos los datos posibles de las familias y del los emblemas; y también “sin estar pagado de pergaminos y blasones” -como decía mi amigo en su carta- me puse a la labor de copia, no como heraldista ni como dibujantes, sino como arqueólogo localista y dilettante para el que los detalles de un escudo tienen un valor sólo equiparable al de las figura de un capitel románico, de una vidriera gótica o de un códice carolingio : un vestigio feudal interesante por su arte o por su simbolismo (8).  [Continuará] ____________________________________________________________________________


COMENTARIOS 

(1) La letra inicial sola sustituye al nombre de pila y a la vez al pseudónimo más utilizado por Benxa [Sobre seudónimos empleados por Benxa, Entrada 2, 7-7-2016]. El texto que se publica, fechado en 1953, se transcribe dividido en dos entradas. Arroja información valiosa no sólo sobre el tema que le da título, sino, cuando aún faltaban quince años, sobre el origen de su obra más divulgada y reconocida: las colecciones dibujadas de antigüedades y curiosidades. Más aún, todo parece indicar que los futuros Laminariums dieron comienzo precisamente a partir de esta colección de escudos de la que él mismo cuenta su origen, opiniones y otros datos de interés para contenidos generales ya publicados en el blog.   

(2) Este mismo procedimiento de indagación sobre el terreno y que incluye desplazamientos acompañará igualmente la ejecución de los Laminariums.   

(3) Obsérvese que es precisamente su padre quién le encomienda el primer dibujo de copia de un escudo, esto es, de un vestigio de la historia. Pese a las diferencias que se expusieron entre padre-técnico e hijo técnico por obligación y dilettante humanista por vocación  [Entradas 64-67, 7 julio a 9 julio 2017], a medida que se profundiza en la trayectoria de ambos se incrementan las afinidades y la influencia, en principio no sospechada ,del padre a edad avanzada, sobre las aficiones del hijo menor.   

(4) El encargo del padre da a entender que Benxa mostraba cierta facilidad para el dibujo, lo mismo que su hermano Moisés, recibida sin duda de su padre y ya puesta en evidencia en el plano topográfico de Mieres a vista de pájaro [Entradas 116-140, 9 abril a 18 junio 2018 ] y en el atribuido retrato de su madre [ Entrada6, 31-7-2016], ambos obras de juventud de M. Álvarez. Debe tenerse en cuenta que en padre e hijos la base procede del dibujo técnico, careciendo de formación alguna en el artístico. El mismo texto, más adelante, informa del procedimiento objetivo de la copia del primer escudo, recurriendo a la toma de medidas para una transcripción precisa y a escala, de lo que se deduce que este primer ejercicio se concibió como un trabajo técnico, a pesar de que el resultado, lo mismo que algunas áreas del plano a vista de pájaro de su padre, traspasen la frontera de una intervención más libre , creativa y con cierta preocupación estética. 

(5) La diferencia entre una copia a dibujo de una pieza aislada y una lámina de las futuras colecciones de motivos antiguos estriba, entre otras razones, en que en la última incluiría escrita a mano la leyenda escuchada, introduciéndola en ese apretado entresijo de dibujos y textos característico.  

 (6) Lo más probable es que se refiera a presentar la lámina sobre cartón, sobreponer un cristal a la medida y unir los bordes del sandwich resultante con cinta adhesiva, de modo que muestra ésta al reverso un fino marco aportado por la tira adherida. Al menos esa presentación acompañó siempre a la colección de las copias de blasones de Mieres en casa de Benxa.  

(7) Fueron menos años que los indicados cuando puso en marcha la copia al dibujo del resto de los escudos de Mieres. Ordenando por tramos temporales sus aficiones humanistas, entre la fecha del primer escudo (1930) y el año 1953 en que escribe este texto sobre más de una docena de piezas, se habría dedicado a la pluma de escribir, en vez de a la plumilla y el pincel entintados. Los primeros artículos sobre historia, la recopilación de noticias y redacción del libro de asunto minero, es decir, las letras, habrían ocupado este espacio. Se suceden así intervalos entre la práctica de la historia dibujada y las letras, especialmente las periodísticas que lo distraerán de aquélla durante los años de vida del semanario Comarca.   

(8) Este fragmento puede considerarse un manifiesto personal anticipado y aplicable al trabajo posterior de los Laminariums. Así mismo efectúa una declaración sobre la que considera su posición dentro del cultivo de la Historia, no ocultando el realismo y modestia que corresponden a su labor de mero aficionado. 















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