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Aproximación a la obra de "Benxa" (1907-1989) por Baltasar y Covadonga Álvarez Quintana se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional. Este blog está bajo una licencia de Creative Commons: Reconocimiento No Comercial - Sin Obra Derivada./ Se permite copiar, distribuir y citar públicamente esta obra, con la doble condición de que se reconozca y mencione a los autores y no se utilice con fines comerciales. Tampoco, y en modo alguno, se puede alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de ésta. Es voluntad expresa de los autores.

domingo, 30 de diciembre de 2018

191.Colección de dibujos de escudos del concejo de Mieres

Dibujos varios>Heráldica
Entrada 191. Publicada  30-12-2018









Dibujo a línea y aguada del blasón copiado el mismo año de 1930 en que
inauguró, junto con el ejemplar de Aguilar,  esta colección heráldica de Mieres. La pieza
continúa resultando singular. No por su factura dibujística -muy inferior a la de Aguilar-
como por otras razones que se explican abajo.







Heráldica. Colección de dibujos de escudos del concejo de Mieres
Materiales disponibles.

2. Materiales del archivo de Benxa (cont. y final).

En torno al escudo de Casares.
Del conjunto de 18 escudos enmarcados tras ser dibujados por Benxa, el de Casares concentra nuestra atención por varios motivos: su antigüedad (1930), tratarse de pieza original, medidas superiores a las de los restantes (1), lo que permite considerarlo representativo del tamaño real del de Aguilar y de todos los publicados en 1953 que fueron objeto de reducción en imprenta. Todas estos puntos, la interpretación primera que recibió en este blog [Entrada 189, 26-12-2018, párrafo que remite a su vez a la entrada 26] y ciertos datos que escribe Benxa en El Pregonero... lo convierten en un ejemplar de interpretación controvertida o cuanto menos presto a dos hipótesis. Una, en relación con lo argumentado con anterioridad en este blog, y una vez corregida la errónea consideración de entonces como el primer escudo dibujado de esta colección. Se trataría de un ejemplar surgido por efecto de la ejecución y buena opinión recibida sobre el resultado de la primera copia del blasón de Aguilar [Entrada 187, 22-12-2018], que animaría al joven dibujante principiante a proseguir con similares reproducciones, abordando la del escudo de Casares, aldea próxima a Olloniego. No tendría lugar entre el grupo de los radicados en Mieres -excluyéndose por ello de la publicación citada-, pero sí daría pie al proyecto de un “Olloniego heráldico y epigráfico” que Benxa dejó escrito en el reverso del dibujo (2). La otra versión, más reciente, se ampara en el pasajes del relato publicado por Benxa sobre las circunstancias que rodearon la reproducción de algunos blasones de Mieres. Siempre en términos de suposición, su confirmación identificaría el emblema de Casares con la accidentada reproducción del escudo catorce de Mieres, del que no se cita su lugar de emplazamiento -tampoco el de los restantes-, pero sí que estuvo antaño en la fachada de la residencia de Mieres de los mismos propietarios, aunque no en el momento de su copia, hallándolo en un concejo aledaño donde llevaría a cabo la reproducción: Casares de Oviedo, inmediato al término municipal de Mieres. Un único dato contradice esta versión, el que fuera la último escudo copiado; dato que el autor pudo alterar en un texto como el referido, mezcla de documental y artículo propio de su estilo. Por otro lado, la ocultación en el texto del lugar donde se hallaban localizados todos los blasones no niega el supuesto. Incluso arriesgando más, podría apuntarse otro dato de apoyo a esta hipótesis. Su reproducción, aunque globalmente de muy inferior calidad que la del de Aguilar, muestra un trabajo especialmente forzado y desafortunado en la parte superior o timbre (yelmo, su base y el fondo), que conduce a la confusión, una interpretación como infantil que podría deberse a su copia a partir de una reproducción dentro de un plato o soporte convexo. El copista, que no habría sabido resolverla con acierto, manifiesta en el artículo su descrédito por toda copia que no sea del natural (3) -en este caso, del blasón pétreo directamente- y un descontento general con esta pieza que de no ser así, por haberse radicado originariamente en Mieres, bien podría figurar incluida su imagen en la publicación acompañando a los demás.


Otras cuestiones sobre la serie de dibujos heráldicos únicamente enunciadas
__Consideración preliminar de los los escudos de armas como escultura relivaria sobre soporte arquitectónico. No se trata de blasones bordados en tejido (estandartes) ni de la versión esmaltada en colores ni las armas metálicas de uso bélico de las que surge el objeto de la heráldica.
__Consonancia de esta naturaleza como relieve lítico y el trabajo dibujístico en blanco y negro como el más apropiado.
__Sobre los materiales y la técnica empleados.
Tinta china aplicada desdoblada en dos recursos. Línea de definición de formas interior y exterior, ocasionalmente más gruesa, a la manera de filete de sombra que aporta relieve. Aguada, mancha húmeda de tinta disuelta en agua, bien homogénea, bien valorada en tonos con efecto de volumen. 
__De la forma concreta con la que el dibujante maneja materiales y procedimientos técnicos. 
Resultado más favorable el recurso línea. Debilidad en el manejo del claroscuro, en la ausencia de gama de medios tonos; en el efecto óptico de relieve (especialmente en los lambrequines o aparato que orla el escudo tal), así como la arbitraria procedencia de la fuente luminosa. Terna de recursos conocidos por su formación en el dibujo topográfico de planos [Entrada 22, 13-10-2018], si bien en ambos medios de representación entrañan cometidos no equivalentes. 
__Los criterios que prevalen/se antepone en la copia para el autor y su repercusión en el punto anterior y el siguiente.
__Sobre el resultado de la reproducción en concepto de grado de calidad y fidelidad óptica con el original, siempre medida a partir de criterios definidos que encuadren su valoración.
__Derivado de lo anterior, examen de la colección a la luz del dibujo arqueológico del momento. Validez como documento gráfico de identificación y otros cometidos históricos y patrimoniales.
__De reproducciones puntuales de ejecución esmerada (esta colección de heráldica) a meros apuntes _expresión de Benxa y subtítulo de alguno de sus laminariums. El dibujo acabado por un lado y, por otro, el apunte, esquema, boceto, esto es, sobre la evolución del dibujo en la copia de antigüedades por parte de Benxa. 
__La calidad dibujística, con resultar de media favorable respecto al dibujo abocetado de las últimas colecciones publicadas, varía a su vez, entre los 18 ejemplares.



NOTAS

  1. 228x145mm. Ver al respecto nota 5 de la entrada 190.
  2. Dicha nota no descarta que ese proyecto, con evidente aire de familia con sus futuros Laminariums,surgiera años después y acabara por incluirse o re-dibujarse en el laminaium de Oviedo rural, su último trabajo, inacabado pero en estado avanzado de ejecución y donde Olloniego recibe tratamiento más pormenorizado.
  3. Buena parte de sus conocimientos ni siquiera básicos sobre el dibujo y la pintura los había recibido de su cuñada Concha G. Mori, a la que admiraba especialmente, no tanto por la etapa final de su obra como por la esmerada formación recibida en Madrid en los estudios de destacados pintores y los consiguientes frutos de ésta en la primera parte de su carrera. A quienes en su casa se interesaron por el dibujo y la pintura, siempre les proponía Benxa a la copia directa del natural. Se expresaba, a su vez, por boca de su cuñada.
















jueves, 27 de diciembre de 2018

190.Heráldica. Colección de dibujos de escudos del concejo de Mieres

Dibujos varios>Heráldica
Entrada 190. Publicada  27-12-2018










Una tercera parte de la colección de dibujos de escudos del término de Mieres, tal y como
fue su presentación habitual en casa de Benxa, todos reunidos y alineados.
Excepto el del extremo izquierdo (Aguilar, 1930), los demás fueron copiados entre
1949 y 1952.








Heráldica. Colección de dibujos de escudos del concejo de Mieres
Materiales disponibles.

2. Materiales del archivo de Benxa. 
Dibujados por Benxa se conserva actualmente un total de dieciocho blasones enmarcados y copiados dentro del concejo de Mieres u originarios de él y luego trasladados. Número sustancialmente mayor que los trece escudos que refiere en su artículo de 1953 publicado en El Pregonero de San Juan [Entrada 187-89, 22 y 26 diciembre 2018] y del primero con el que dio comienzo la colección en 1930, animado a reproducirlo por su padre. Ordenados cronológicamente (1) los dos más antiguos aparecen firmados y fechados en 1930, el de Aguilar y el que calificamos en su día de enigmático -ahora enigma ya desvelado-, labrado con el nombre de los nobles alfonsos de casares [Entrada 26, 31-10-2016]. Es éste un dibujo original que se suma a los trece publicados en 1953 en El Pregonero..., de allí recortados por el autor con el objeto de ser enmarcados formando cuadros de reducido formato. Las fechas de copia se espacian entre 1947 (2) y 1952. Concluye el conjunto con cuatro emblemas dibujados tardíamente entre 1970  y 1974, ya en plena etapa de elaboración de los repertorios de antigüedades. El blasón de Requejo, los de El Lugarín y Barredo, ambos en Ujo, y el Baiña son el resultado de nuevos hallazgos durante los trabajos de campo efectuados por entonces, donde ya no es una única pieza el objeto de copia detenida, sino docenas de motivos de interés para el recopilador. De ahí que estos cuatro, aunque constituyan dibujos originales, muestren una calidad de factura que desmerece a los de las dos etapas precedentes, anticipando con esta afirmación la evolución del Benxa dibujante de motivos históricos, tanto el que precede a la reunión en álbumes de láminas de apretado contenido, como las maneras que adopta en estos últimos, los Laminariums, recurriendo a la denominación habitual manejada por el autor y sus allegados.

Copia de escudos, cita el autor, reproducción dibujada que rechaza recurrir a la fotografía a la que tenía acceso directo a través de su hermano Rómulo. Dibujar el escudo de Aguilar fue el encargo de su padre y hasta el final de sus colecciones de motivos del pasado continuará siendo el dibujo el medio exclusivo de representación. Sin embargo, en estas piedras de armas de Mieres, tratamiento y resultado de la reproducción al dibujo resultan inequívocamente más esmerados y detenidos en cada pieza, (3) al contrario de lo que se evidencia en los repertorios de antigüedades del último tramo de sus trabajos. En cualquier caso, incluso en esta serie de reproducciones de piezas de heráldica trazadas en su juventud y mediana edad, la calidad de la representación vendrá limitada por su conocimiento y formación restringidos al dibujo técnico, lo que él mismo reconoce como dibujos de un croquizador de industria (4). Hasta aquí el medio de representación y la calidad pendiente de evaluación; por tratar aún el sentido y la motivación de este primer compendio de antigüedades ceñido exclusivamente a la heráldica, a su copia mediante dibujo. El autor se expresa por escrito en este sentido [Entrada 187, 22-12-2018], pero él mismo carecía entonces del conocimiento de su evolución posterior y de lo que con el paso de los años y la aproximación a su obra general llegamos a concluir: que precisamente este grupo de emblemas nobiliarios supondrían el origen de los inventarios gráficos posteriores de temática variada. Escudos y Laminariums resultan pues consanguíneos en el valorar los vestigios materiales de la historia como objeto de representación. Pero en los escudos esa conciencia patrimonial que le conduce a reproducir y registrar con urgencia, antes y en contra del destruir indiscriminado, aprietan por partida triple: a una persona nacida a destiempo y crítica con su época, a un anticuario en edad biológica avanzada y ante una sociedad depredadora de sus raíces, irreflexivamente impulsada por la inercia de la modernidad. Esa suma de factores y la prisa por encontrar y reproducir lo amenazado de sucumbir observará un resultado en la imagen dibujada bien diferente a este apartado de heráldica. 


Ficha técnica del conjunto
__Técnica: Tinta negra. Línea de contornos y dintornos a plumilla y mancha valorada con aguada a pincel.
__Formato y tamaño. Tamaño original: 220x145mm (5). Tamaño de los dibujos impresos y publicados reducidos 
en la edición de El Pregonero de San Juan (luego recortados y enmarcados): 90-108x75mm. (excepto el de Casares).
__Presentación enmarcados:
. Dimensiones. 150x100mm (excepto Casares). Dibujo del escudo (núcleo y orla) sobre lámina, representado sobre un fondo oscuro de realce, negro plano o valorado con la intención de crear sensación de relieve o efecto de emerger la piedra de armas labrada situada en primer plano.
. Bajo la parte dibujada anterior queda visible un fondo de cartulina color mostaza, provista de espacio libre en cabecera y base con el fin de potenciar por contraste la imagen del motivo principal representado.
. Añadida por el autor figura en todos una cartela rectangular de extremos enroscados, donde se rotula el topónimo  donde se radicaba el blasón.
. Primer sistema de enmarcado. Original: cinta adhesiva negra que se solapa sobre el perímetro cristal de protección con efecto de marco [Entrada 187, 22-12-2018 nota/comentario]. Presentación sustituida en los ochenta por marco de aluminio negro. Es excepción el de Casares, provisto de marco de madera. 
__Firma y fecha. Ángulo inferior derecho. BA, guión y año.
__Composición de la colección:
. Siempre colgados en la pared de las piezas principales de la casa (comedor, vestíbulo, sala)
. Agrupados, sin dividir el conjunto, bien en disposición de retícula, bien en línea manteniendo la misma altura y equidistancia entre las unidades.


________
NOTAS
(1) Cronología de los dibujos de escudos conservados por Benxa. Aguilar y Casares, 1930. Ablaña 1947, Cenera, La Villa y El Valletu  1949, Santa Cruz 1950, Viade 1 y Arriondo 1951, Viade 2, La Pasera, Ujo 1 y Ujo 2 1952, Villarejo sin fecha visible. Requejo y Baiña 1970, Barredo de Ujo y Ujo-El Lugarín, 1974.
(2) Desde 1930 no retomará  la copia de escudos de casonas, concretamente con el de Ablaña, lugar al que se había trasladado a vivir por motivos profesionales el mismo año que firma el dibujo, 1947. 
(3) El dibujo arqueológico constituye hace tiempo una especialidad desconocida para Benxa. Al contrario de lo que se piensa, la fotografía por sí misma no cubre todos los aspectos de la representación de piezas históricas. El dibujo trata de modo especial aquello que la arqueología pretende evidenciar, en tanto que la óptica de una cámara fotográfica resuelve  de procesa de forma mecánica la imagen. Se impone así la complementariedad de ambos lenguajes (ilustración abajo). Otra versión del dibujo de aproximación al arqueológico a cargo de Benxa -1931, un año posterior a la copia de los dos escudos iniciales-  remite a las reproducciones del animalario parietal de las cuevas de Altamira que acompañan su estudio sobre el monumento paleolítico [Entrada 32, 6-12-2016]. Se volverá sobre la mayor o menor calidad en la reproducción en estas piezas, así como su validez como documentos gráficos del blasón original en piedra, máxime por tratarse de las reproducciones iniciales y más antiguas, a confrontar con el tratamiento gráfico que recibirán posteriormente los cientos de motivos dibujados recogidos en álbumes.
(4) Introducción de Benxa a la parte dedicada a Lena en Una comarca a punta de lápiz. Laminariun de Mieres y Lena. Oviedo 1975, p.111.
(5) Hipótesis sobre el tamaño superior del escudo de Casares: al no ser incluido en la publicación de El Pregonero... de 1953, no fue sometido a la reducción en imprenta que sufrieron los trece dibujos restantes.






Reproducción fotográfica del escudo de Aguilar, para su comparación con la reproducción dibujada [Entrada 187, 22-12-2018]. Como copia de escudos refiere Benxa esta sección. Reproducción dibujada que rechaza recurrir a la fotografía a la que tenía acceso directo a través de su hermano Rómulo. Dibujar el escudo de Aguilar fue el encargo de su padre y hasta el final de sus colecciones de motivos del pasado continuará siendo el dibujo su exclusivo medio de representación. A comienzos de los años 1980 todavía se encontraba este blasón  integrado en la fachada de una modesta casa de Aguilar, de donde parece haber sido desplazado en los últimos diez años, aproximadamente. Sobre esta movilidad de tal clase de piezas ya alerta Benxa en su artículo de 1953 en El Pregonero [Entrada 187, 22-12-2018]. Fotografía de Rómulo Álvarez Rodríguez sobre papel al reverso impreso para uso como tarjeta postal.












































miércoles, 26 de diciembre de 2018

189.Heráldica. Colección de dibujos de escudos del concejo de Mieres

Dibujos varios>Heráldica
Entrada 189. Publicada  26-12-2018








Reproducción a doble página del artículo de Benxa “Escudos del concejo de Mieres”, publicado en El Pregonero de San Juan, Mieres, junio 1953. La iniciativa de edición de estos números de periodicidad anual, -coincidiendo con las fiestas del patrono de Mieres- corría a cargo del Grupo Literario “Teodoro Cuesta”, que contaba con una tertulia literaria de igual denominación en la que participaba Benxa, lo mismo que en todos los números de El Pregonero publicados. En cierto modo puede considerarse el precursor del semanario Comarca, pues ambos surgieron por iniciativa de Luis Fernández Cabeza, a la vez su editor. El gran formato de los números publicados, un A-3 actual, permitió el lucimiento de trabajos como éste de Benxa y es un testimonio más de la pujanza demográfica e industrial del Mieres desde el fin de la Autarquía. Desaparecería al comenzar la publicación de Comarca.





Heráldica. Colección de dibujos de escudos del concejo de Mieres

Materiales disponibles. 

Dibujos de escudos del concejo de Mieres. Materiales disponibles
  1. Textos ya publicados en el blog (abajo)
  2. Artículo de El Pregonero de San Juan(arriba y Entradas 187-188).
  3. Materiales del archivo de Benxa. La propia colección de reproducciones -los originales fueron adquiridos por el Ayuntamiento de Mieres- y noticias orales sobre los mismos. 
  4. Páginas alusivas en el libro Una comarca a punta de lápiz. Laminarium de Mieres y Lena.

1. Textos publicados en el blog
Colección de dieciséis dibujos de piedras armeras. Técnica original a plumilla y aguada. Fueron publicados en algún periódico de Asturias (versión offset). Los originales fueron adquiridos por el Ayuntamiento de Mieres hacia 1953 y re-dibujados para su libro Una comarca a punta de lápiz. Laminarium de Mieres y Lena. Inaugura la serie, sin embargo, la copia de un blasón ajeno al concejo natal del autor, el de los Nobles Alfonsos de Casares (según inscripción), que puede considerarse la llave que abre su práctica dibujística, su inclinación por la Historia y acaso una de las obras más tempranas o de primera juventud. El total también entraña el primer trabajo sistemático con el dibujo como medio principal de expresión, el mismo que retomaría con los Laminariums en el tramo final de su vida. (Parece ser que algunas de estas piedras de armas ya no se conservan en el lugar donde fueron copiadas). [Entrada 1, 23-6-2016]
Entre 1930 y 1952 Benxa copió catorce escudos del concejo de Mieres [Ver entradas 1, 3 y 4, 23 junio, y 7 y 13 de julio de 2016, respectivamente]. “No como heraldista ni como dibujante, sino como arqueólogo localista y dilettante [atraído] por su arte o por su simbolismo”.Pueden considerarse motivos germinales de los que poblarán los futuros Laminariums. Éste de los Nobles Alfonsos de Casares consituye una pieza enigmática y singular. Data de 1930, el mismo año del escudo de Aguilar que abre la colección de Mieres, pero posiblemente se adelante a él. Formando parte de otra serie, la de “Olloniego heráldico y epigráfico", según figura escrito al dorso por Benxa. (Casares pertenece a la parroquia de Olloniego, concejo de Oviedo). Es obra original y seguramente el primer escudo dibujado. Aguada y línea sobre papel, 228x145mm. Firmado BA_1930 en el ángulo inferior derecho. [Entrada 26, 31-10-2016].































sábado, 22 de diciembre de 2018

188.Heráldica. Colección de dibujos de escudos del concejo de Mieres

Dibujos varios>Heráldica
Entrada 188. Publicada  22-12-2018










Uno de los trece escudos que se publicaron en 1953 con el texto de estas dos últimas entradas.
Obsérvese la calidad del dibujo en estas copias de blasones trabajadas entre finales de los
años 1940 y inicios de los 50, a pesar de que se reproducen pasados por el tamiz del offset de la imprenta. Se encuentran  más en la línea del primer blasón dibujado (1930) [Entrada 187], pero en el texto Benxa ya hace alusión a la rapidez con que lleva a cabo las copias, desembarazada de los instrumentos, mediciones y escala con que reprodujo el más antiguo de todos. Esta tendencia a la simplificación se acentuará en la época de los Laminariums, donde convergen numerosos factores para una factura más espontánea, intuitiva y sumariamente descriptiva que se resume en un dibujo más deshecho y menos elaborado que los que integran esta serie heráldica de Mieres.







Heráldica. Colección de dibujos de escudos del concejo de Mieres

"Escudos del concejo de Mieres". Texto de "B", 1953 y comentarios. (2 de 2) 

[Viene de la entrada 187]

La heráldica está en desuso. Lo mismo los doctos que el pueblo tienen para ella la burla cervantina que zahirió a la caballería andante. Nos parece demasiado anacrónico; es como ciencia que no se renueva, ciencia que tiende a fenecer.
Es de sospechar que en los escudos nobiliarios de Mieres, como todos los de la región Cantábrica de Asturias concretamente, reflejen el prestigio batallador de las campañas contra los sarracenos, contra los normandos y contra otros invasores o pretendientes. Acaso sea apasionamiento, pero quiero afirmar mi fe en que el origen de los emblemas mierenses es bueno y auténticamente noble y que para ellos valgan las elocuentes palabras de Vázquez de Mella, cuando exclamaba: “Un blasón roto y limado por el tiempo, aunque esté cubierto de jaramagos y de penachos de hiedra, no es una lápida sepulcral detrás de la cual hay un cadáver; es una puerta detrás de la cual hay varios siglos que hablan a las generaciones sucesivas”.
He dicho cómo dibujé el primer escudo y voy a copiar las circunstancias en que copié el último , el espúreo a efectos de reproducción. Para lograrla tuve que trasladarme a un concejo aledaño. Transpuse el portón de la finca donde creí encontrar el escudo catorce (1) de mi serie, el que me interesaba. Extenso e inculto jardín, árboles viejos y paredes desconchadas. En el ambiente una paz de retiro y un silencio en el que destacaban el arrullo y el vuelo de las palomas. El renovado escenario de los pazos y de lo castros vallinclanescos.
Los señores no estaban y expuse a la servidumbre mi propósito. Recurrieron al viejo capellán, más enterado de las cosas de la casa y me aseguró que lo que yo buscaba no se guardaba en la finca. “Tal vez -me dijo- haya en la sacristía algún dibujo o relieve relacionado con lo que usted desea”. Entramos en aquellas dependencias y nada encontramos, pero al salir, pasó el buen cura a la cocina y cogiendo de un armario una pieza de vajilla me la mostró diciendo: “-Puede copiar aquí: es el verdadero escudo de la casa, tal como yo lo conocí en la fachada de la residencia de Mieres”.
Se trataba de un hermoso plato de adornos azules en el borde y con el escudo de armas en el centro. Me abalancé sobre el plano como si fuera un hambriento y en vez de un viñeta contuviera una menestra humeante (2). El capellán pareció indicarme que podía llevar el objeto con tal de devolverlo, pero había allí una ama que comenzó a poner reparos: “¿Y si la señora se entera y el parece mal?” “¿Si no vé con gusto que le copien el escudo?”.
Yo me sentí más puntilloso que el primer conde de aquella genealogía y dejé el plato sobre la mesa.
_Cópielo usted aquí sin escrúpulo-, me dijo el anciano cura, -tendrá tiempo de hacerlo antes de la hora del tren”.
No tardé en recoger en mi cuaderno el historiado dibujo (3) y debo añadir que nunca hasta entonces me había sentido ratero. Hubiera deseado no tener escrúpulos y abandonar el palacio subrepticiamente con el plato debajo de la gabardina. Después de dudar entre dar crédito a la opinión de Vázquez de Mella, tan respetuosa sobre la Heráldica, o darla a los escritores que desde Mark Twain hasta Jardiel Poncela se mofaron de al aristocracia, los reparos de aquella ama que me negaba la prestación del cacharro, me ponía del lado de estos últimos. Y hubiera deseado llevarme el plato a casa, no para dibujarlo con calma, sino para comer en él una democrática sopa de ajo, cantando trozos de la Marsellesa entre cucharada y cucharada, profanando así los preclaros símbolos.
Pero fue un arranque pasajero. Restablecida mi calma y pintado ya el escudo decimocuarto, me hallo de nuevo -como dije al principio- en posición indiferente, no entusiasta por las cosas de la nobleza, pero considerándolas dignas de conservación y de estudio como elementos históricos fehacientes.

B” (4)


COMENTARIOS
  1. Insiste Benxa en en el escudo que cierra su serie de catorce. Pero la publicación donde se difunde viene ilustrada por tan sólo trece emblemas, lo que coincide con el comienzo del artículo donde expresa que actualmente en Mieres no hay más que trece escudos,copiados por él del natural, excepto el número catorce, tomado de una reproducción en cerámica. Tres cuestiones al respecto de esta pieza. Una, prácticamente esta segunda mitad del texto se centra en el escudo catorce en cuestión y en las dificultades encontradas para copiarlo. Dos, no incorpora su imagen ilustrando el artículo como lo hacen los otros trece. Tres, no da pistas sobre su identidad, excepto que lucía en la fachada de la residencia de Mieres (se supone de la capital del municipio). Relacionado con ello y en cuanto a la composición total del número de piedras armeras dibujadas por Benxa, disponemos de tres referencias a nuestro alcance, a las que habría que sumar la colección original adquirida por el Ayuntamiento de Mieres [Entradas 4 y 26, 13-7-1016 y 31-10-2016, respectivamente]. Este artículo que abajo se cita, (1953) el “Mieres heráldico” de Una comarca a punta de lápiz. Laminarium de Mieres y Lena (1975) y, por último, las copias de los mismos que colgaban alineadas en la pared de casa del autor, reproducciones publicadas que bien podrían tratarse de ésta o de otra colaboración periódica que desconocemos. Entre unos y otros puede comprobarse que su número se amplía con el paso del tiempo y la experiencia adquirida en la recopilación de antigüedades. Y, a la par, resulta factible a partir de estos testimonios intentar dilucidar cuál fue el escudo catorce en cuestión.
  2. La segunda parte de esta breve historia escrita por B. sobre la primera colección de dibujos de escudos -a la postre ya de los primeros ejemplos de dibujos de antigüedades reunidas- resulta menos documental y más literaria, o mejor dicho, en la línea de su estilo como colaborador de prensa, examinado en las cuatro secciones del blog alusivas a esta faceta de trabajos de tiempo libre. 
  3. Contrástese la meticulosidad y precisión con que fue copiado el primer escudo en el año 1930 [Entrada 187, 22-12-2018] y la rapidez que declara en la reproducción de la pieza número catorce. Este último sistema de trabajo directo, instantáneo, intuitivo, sin ayudarse de instrumental, abocetado por ello y por el deseo de infundir un acabado añejo a los materiales de por sí añosos será el que prime en los futuros Laminariums.
  4. Álvarez Rodríguez, Benjamín (firmado “B”), “Escudos del concejo de Mieres”, El pregonero de San Juan. Mieres, junio 1953, págs. 18 y 19.









187. Heráldica. Colección de dibujos de escudos del concejo de Mieres

Dibujos varios>Heráldica
Entrada 187. Publicada  22-12-2018








Escudo de Aguilar, dibujado en 1930 por el joven Benjamín a solicitud de su padre,
más interesado por la Historia de lo en un principio supuesto. Constituye la primera
copia dibujada de una pieza de la cultura material de Asturias y el embrión de las colecciones
de antigüedades o Laminariums a los que dedicaría el último tramo de su obra plural
como humanista vocacional y aficionado que supo inventar el tiempo de entre el tiempo
que se nos entrega ya ocupado o sustraído.







Heráldica. Colección de dibujos de escudos del concejo de Mieres

"Escudos del concejo de Mieres". Texto de "B" (1), 1953 y comentarios. (1 de 2) 
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Actualmente en Mieres no hay más que trece escudos. Trece dibujé del natural y el último, el número catorce, hube de copiarlo de una reproducción, con ser de los más nobles y más legítimos, es para mí el único bastardo... En Mieres había más aún de trece y de catorce. Sucedía aquí lo que decía Ortega y Gasset de esta comarca del Norte, que “apenas damos cuatro pasos sin que una pared nos muestre sus bíceps blasonados”. Pero no todos están aquí, algunos fueron desmontados acaso por amenazar ruina y almacenados en los desvanes, otros se llevaron a otras residencias de los mismos propietarios en concejos extraños. Yo anduve por alguno de estos Concejos buscando su paradero (2)y casi sin provecho, pero aunque infructuosa no por eso me pesó hacer esta pesquisa que me dio ocasión de saborear en la realidad todo lo que yo _asiduo lector de Valle Inclán_ había imaginado leyendo sus libros, sus sonatas y sus esperpentos, donde el eximio novelista gallego tan bien describe el aspecto y la vida de las casonas hidalgas.
En el año de 1930 mi padre se fijó en el escudo de A. y se admiró de lo bien conservado que estaba (3). Tuvo interés en que yo lo dibujara (4)y una tarde fui ante la pared, donde aún está dando vista al valle del Caudal y al fondo la sierra del Aramo. Esta pared donde está enclavado no es, precisamente, la de un palacio y sí la de un caserón sin huecos apenas y sin gracia. Hay en aquel paraje la leyenda de una joven perteneciente a la familia del escudo, que por no dejar la casa y la hacienda en manos de mujeres, para evitar que fuera a la guerra el único varón de la casa, se vistió ella de soldado y empuñando las armas se portó heroicamente en las batallas, habiendo muerto en una de ellas, con cuya circunstancia se pudo apreciar su verdadero sexo. Esto me contaron mientras tiraba rayas sobre el papel (5)./
Recuerdo que un vecino me facilitó una escalera de mano para llegar a la proximidad de la pieza, medirla escrupulosamente y hacer el dibujo. Este resultó satisfactorio a juicio de mi padre y de otras personas a quienes enseñe la lámina. Encuadré ésta a la inglesa (6)y estuvo más de veinte años colgada en casa sin que se me ocurriera hacer más copias de escudos (7)./ Por cierto que una reproducción de ella se la remití a un amigo mierense residente en Madrid y perteneciente a la familia cuyas armas había copiado. Me contestó dándome las gracias y manifestándome a la vez la poca estima en que tenía esas cosas del linaje. Yo mismo no sé qué pensar sobre la importancias de las genealogías y de la ciencia del blasón. He leído sobre ello opiniones contradictorias y tengo ideas contradictorias también. Puedo opinar que, sin darle un aprecio exagerado, deben por lo menos conservarse las armas heráldicas a título de ciencia histórica y todos los datos posibles de las familias y del los emblemas; y también “sin estar pagado de pergaminos y blasones” -como decía mi amigo en su carta- me puse a la labor de copia, no como heraldista ni como dibujantes, sino como arqueólogo localista y dilettante para el que los detalles de un escudo tienen un valor sólo equiparable al de las figura de un capitel románico, de una vidriera gótica o de un códice carolingio : un vestigio feudal interesante por su arte o por su simbolismo (8).  [Continuará] ____________________________________________________________________________


COMENTARIOS 

(1) La letra inicial sola sustituye al nombre de pila y a la vez al pseudónimo más utilizado por Benxa [Sobre seudónimos empleados por Benxa, Entrada 2, 7-7-2016]. El texto que se publica, fechado en 1953, se transcribe dividido en dos entradas. Arroja información valiosa no sólo sobre el tema que le da título, sino, cuando aún faltaban quince años, sobre el origen de su obra más divulgada y reconocida: las colecciones dibujadas de antigüedades y curiosidades. Más aún, todo parece indicar que los futuros Laminariums dieron comienzo precisamente a partir de esta colección de escudos de la que él mismo cuenta su origen, opiniones y otros datos de interés para contenidos generales ya publicados en el blog.   

(2) Este mismo procedimiento de indagación sobre el terreno y que incluye desplazamientos acompañará igualmente la ejecución de los Laminariums.   

(3) Obsérvese que es precisamente su padre quién le encomienda el primer dibujo de copia de un escudo, esto es, de un vestigio de la historia. Pese a las diferencias que se expusieron entre padre-técnico e hijo técnico por obligación y dilettante humanista por vocación  [Entradas 64-67, 7 julio a 9 julio 2017], a medida que se profundiza en la trayectoria de ambos se incrementan las afinidades y la influencia, en principio no sospechada ,del padre a edad avanzada, sobre las aficiones del hijo menor.   

(4) El encargo del padre da a entender que Benxa mostraba cierta facilidad para el dibujo, lo mismo que su hermano Moisés, recibida sin duda de su padre y ya puesta en evidencia en el plano topográfico de Mieres a vista de pájaro [Entradas 116-140, 9 abril a 18 junio 2018 ] y en el atribuido retrato de su madre [ Entrada6, 31-7-2016], ambos obras de juventud de M. Álvarez. Debe tenerse en cuenta que en padre e hijos la base procede del dibujo técnico, careciendo de formación alguna en el artístico. El mismo texto, más adelante, informa del procedimiento objetivo de la copia del primer escudo, recurriendo a la toma de medidas para una transcripción precisa y a escala, de lo que se deduce que este primer ejercicio se concibió como un trabajo técnico, a pesar de que el resultado, lo mismo que algunas áreas del plano a vista de pájaro de su padre, traspasen la frontera de una intervención más libre , creativa y con cierta preocupación estética. 

(5) La diferencia entre una copia a dibujo de una pieza aislada y una lámina de las futuras colecciones de motivos antiguos estriba, entre otras razones, en que en la última incluiría escrita a mano la leyenda escuchada, introduciéndola en ese apretado entresijo de dibujos y textos característico.  

 (6) Lo más probable es que se refiera a presentar la lámina sobre cartón, sobreponer un cristal a la medida y unir los bordes del sandwich resultante con cinta adhesiva, de modo que muestra ésta al reverso un fino marco aportado por la tira adherida. Al menos esa presentación acompañó siempre a la colección de las copias de blasones de Mieres en casa de Benxa.  

(7) Fueron menos años que los indicados cuando puso en marcha la copia al dibujo del resto de los escudos de Mieres. Ordenando por tramos temporales sus aficiones humanistas, entre la fecha del primer escudo (1930) y el año 1953 en que escribe este texto sobre más de una docena de piezas, se habría dedicado a la pluma de escribir, en vez de a la plumilla y el pincel entintados. Los primeros artículos sobre historia, la recopilación de noticias y redacción del libro de asunto minero, es decir, las letras, habrían ocupado este espacio. Se suceden así intervalos entre la práctica de la historia dibujada y las letras, especialmente las periodísticas que lo distraerán de aquélla durante los años de vida del semanario Comarca.   

(8) Este fragmento puede considerarse un manifiesto personal anticipado y aplicable al trabajo posterior de los Laminariums. Así mismo efectúa una declaración sobre la que considera su posición dentro del cultivo de la Historia, no ocultando el realismo y modestia que corresponden a su labor de mero aficionado. 















sábado, 15 de diciembre de 2018

186. Muestra 4. Contexto familiar (II). Manuel Álvarez

Sobre "Benxa">Biografía>Aspectos
Entrada 186. Publicada  15-12-2018








Retratarse, como aquí M. Alvarez (centro, cabeza descubierta y corbata), acompañado de mineros nada dice de la humanidad profesional de un capataz en la faceta concreta de mando. En el texto principal
se amplía este punto. En pie, a la izquierda del poste aparece uno de sus hijos, todavía niño,
vestido como los guajes, mahón, alpargatas y boina. De nombre Augusto, figura de continuo acompañando
a su padre en calidad de ayudante en la colección de fotos profesionales o de ambiente minero
tomadas por otro de sus hijos, Rómulo. ("Mina Reguerona", Mieres. 14-VII-1910)





4.5 Manuel Álvarez Álvarez (cont, 59)
(Antepasados técnicos industriales de Benxa)

Etapa profesional 1907-1917. Desempeño de competencias profesionales y estatus social de capataces y facultativos de minas

Años antes de la creación del Cuerpo de Ingenieros Civiles (1835) y de su Escuela en Madrid (1841, primer curso impartido), desdoblada en ingenieros de minas y de obras públicas, se aprueba en 1825 la primera Escuela Práctica de Capataces de Almadén, embrión de las ingenierías técnicas y modelo para la Escuela de Mieres (1855, entrada en funcionamiento). Ramón Rodríguez, cuñado de M. Álvarez e inventor de hornos de mercurio [Entradas 73-80, 30-7 a 10-8-2017] pormenoriza los antecedentes, origen y primeros años de funcionamiento de la Escuela de Capataces de Mieres en unas notas tomadas durante el tiempo en que detentó el cargo de secretario de la misma. De estas notas [AMA] procede destacar las materias impartidas en los distintos planes a título de comprobación de su proximidad -aunque sea a nivel de mera iniciación- con las enseñanzas recibidas por los primeros ingenieros egresados de la Escuela de Madrid. De dicha formación básica de partida, sumada a la capacidad de cada capataz titulado derivaría el mayor o menor nivel profesional del técnico o la división entre los capataces anónimos y los reconocidos en vida por su colectivo, no cabe duda que muchos más que el aquí estudiado.

Las mismas notas de Ramón Rodríguez y otros ponen de manifiesto una cuestión esencial para el posicionamiento social de capataces y facultativos de minas. Desde la misma figura implícita en el sentido que se le concedía al cuerpo hasta las obligaciones que le competían. Previamente a la existencia de títulos de ingenieros de minas ya se dejaba sentir la necesidad de una categoría intermedia que cubriera vacíos ante la ausencia de un título superior; esto es, un puesto intermedio entre el ingeniero y el obrero minero, conocedor del trabajo manual y con base teórica que lo habilitara para comprender planos y disposiciones de su superior, debiendo encargarse, a su vez, de transmitir órdenes a los operarios, la concreta función de mando que lo inclinaba indefectiblemente del lado del patrón y lo separaba de los subordinados. Sobre este último cometido ninguna referencia oral nos llegó al respecto para el caso de M. Álvarez, por contrapartida a las noticias como profesional (puestos en empresas y estudios técnicos realizados), como politécnico creativo en sus trabajos de tiempo libre, como persona (amigos y vecindario) y los numerosos datos transmitidos como padre de familia, una parte de ella mono parental. Las fotografías donde se retrata en compañía de los mineros nada dicen al respecto. Desconocer no niega ni afirma una posición determinada de uno u otro signo. En cambio la disponibilidad de datos y documento inmediatos a éste ayudan a insertarlo en el contexto de la organización y el movimiento obrero en las cuencas mineras de Asturias, y lo mismo en el amplio espectro político de los años de la Restauración borbónica (1875-1917) que enmarcaron su vida, incluido el comienzo de la II república.

El capataz siempre tomó partido por el patrón. Su título y desempeño de la profesión lo distanciaban del operario, situándolo fuera de la clase trabajadora para incluirlo en la base de los estamentos acomodados, meso-burguesía en entornos socio-espaciales menores (caso de las cuencas mineras), pequeño burgués en las grandes aglomeraciones donde los estratos sociales se multiplican matizan. En cualquier caso, frente al capataz de modos tiranos que despide y reprime todo gesto de rebeldía o al ante el trato despótico que describen algunos autores de la minería histórica en Asturias, la conducta de M. Álvarez, como resultado de los materiales manejados, parece orientarse coincidiendo con los comienzos del obrerismo organizado, incluido su origen que algunos vinculan con movimientos de la propia burguesía y ajenos a la resistencia obrera. Así sucede durante los años iniciales de la Restauración, donde prevalece una integración de clases en iniciativas pequeño burguesas -manifestación en Oviedo sobre la variante del trayecto del ferrocarril por Pajares, en la que el mismo Álvarez participó y escribió al respecto un texto conservado. Su posicionamiento en esta materia -a tratar en una sección posterior- se reconstruye mejor desde las soluciones que las clases pudientes proponían para la cuestión social (eufemismo que hacía alusión a la conflictividad de la clase trabajadora y sus demandas justas). Su posicionamiento se orienta por iniciativas tales como la enseñanza de adultos, profesional y general, por la caridad organizada, las sociedades de socorros mutuos, cooperativas de consumo, la educación y la colaboración de clases que proponía Extensión Universitaria y la Universidad Popular de Mieres. Pero también, y mediatizada por su acusada religiosidad, no puede omitirse su condición de simpatizante de las escuelas, ateneos y círculos obreros católicos. Concluyentemente un amplio espacio ideológico, siempre de tono pacificador e integrador, pero a la vez prudente con las manifestaciones más enfrentadas de la clase productora.

De entre todas es la función de mando la más decisiva para desvelar la calidad humano-profesional de un capataz y ahora de M. Álvarez; ciertamente un apartado de innegable interés e intacto hasta el momento. El todavía no citado Reglamento de Policía Minera de 1897 recogía también las competencias de los capataces, pero igualmente otro dato oportuno relacionado con el control directo del trabajo del productor y la disciplina del mismo: el cuerpo de Celadores. Se lo menciona aquí por primera vez, aunque sin definir sus tareas ni tomar las medidas para hacerlo efectivo. Los celadores serán los llamados en los años venideros a la inspección directa de la faena desempeñada por los mineros [Entrada 185, 15-12-2018]. Estos, los futuros vigilantes, que debían ser igualmente capataces titulados, establecieron una nueva distinción entre unos y otros técnicos medios de minas. Por un lado los más capacitados para la realización de labores teóricas -caso de Álvarez-, que ya en tiempos de la actividad ingenieril venían afrontando tareas propias de los técnicos superiores y se mantendrían escasamente implicados en la vigilancia de los mineros, limitándose más a organizar los procesos técnicos de la explotación y velar por su correcto cumplimiento. De otra parte el capataz vigilante, especializado en obtener el máximo rendimiento productivo de los operarios a su cargo.











185.Muestra 4. Contexto familiar (II). Manuel Álvarez

Sobre "Benxa">Biografía>Aspectos
Entrada 185. Publicada  15-12-2018









Los capataces comenzaron a organizarse corporativamente más tarde que los ingenieros y que los
mismos trabajadores de la minería. En principio constituyeron pequeñas asociaciones locales como ésta
de Mieres, activa bajo la presidencia de Manuel Álvarez, en tanto que para la fecha la de Langreo se la cita
en ruina, proponiéndose en esta memoria girar visita de apoyo a los compañeros de la misma. Unos diez años
más tarde, aproximadamente, todas estas corporaciones locales de facultativos ya contarían con una revista
del cuerpo unificada a nivel nacional. 







4.5 Manuel Álvarez Álvarez (cont, 58)
(Antepasados técnicos industriales de Benxa)

Etapa profesional 1907-1917. Iniciativas al frente de la asociación de capataces de Mieres.

Los años 1908-1909, al menos a juzgar por las existencias del archivo de M. Álvarez al que ceñimos este trabajo, ponen de manifiesto una intensa actividad, ahora no como ejercicio profesional individual, sino en el sentido de compromiso, apertura al exterior y un cierto activismo circunscrito a la defensa de la industria y la metalurgia del mercurio [Entrada] y ahora a la promoción de su cuerpo profesional desde la presidencia de la asociación de Capataces de Minas y Minas, Hornos y Máquinas (este último, el de su titulación) de Mieres en el año 1908. Desconocemos desde cuando ocupaba el cargo, el único del que tenemos noticia, y lo mismo si esta asociación, todavía local, contó con su intervención para constituirse bautizándose atípicamente con un nombre propio que acompañaba al general:La Minera y Metalúrgica. En cualquier caso proseguiría presidiéndola en 1909, a juzgar por los planes de futuro que se mencionan para dicho ejercicio. 

Se ciñe esta entrada a los contenidos de la memoria del año1908, que su presidente redactaría y editaría en la habitual imprenta Bárcena-Hermanos de Mieres. Examinada como documento aislado, -lo mismo que en su folleto Producción mundial de mercurio..., 1909. [Entrada ]- advertimos una situación en la sociedad preocupante, que la conduce a actuar con resolución y efectividad, resultado de las cuales será el texto en cuestión. Queda sin embargo conocer la razón concreta de esta enérgica respuesta a algo. Pudiera tratarse de “la nueva Ley de Minas” que en ella se menciona como publicada a comienzos del mes de junio, o de ella y otras medidas similares o circunstancias otras que en cualquiera de los casos amenazaban con debilitar las atribuciones del cuerpo de capataces o clase, como sus mismos socios se autodenominaban. Cabe igualmente considerar -siempre en términos hipotéticos- como causa la ampliación de competencias de los ingenieros de minas, el cuerpo más próximo en la materia y medio laboral, progresivamente creciente en número de titulados y al que la legislación, amparada en la acelerada evolución de la ciencia empresarial e industrial, viniera incrementando sus atribuciones profesionales. En todo caso el término que se repite y confirma como el propósito firme y apremiante que embarga a la agrupación es el de “campaña”, “nuestra campaña”. 

Resulta bien recibida una pista indirecta que queda de manifiesto en el mismo texto, un indicio de este mismo sentido latente de decadencia o pérdida de valor del cuerpo de capataces. Se localiza en el momento de citar el propósito por excelencia de la sociedad. En palabras del presidente y en el primer párrafo se declara como principal cometido de la asociación “el engrandecimiento y decoro de la clase”. Cita que habla por sí sola: grandeza, se agranda lo que ya existiendo decrece o pierde dimensión; decoro, voz muy en uso en el XIX, alusiva al trato respetuoso y adecuado a la condición de una persona o entidad, la ahora disminuida;clase, hoy identificado con estrato social, en la cita con cuerpo profesional o categoría laboral, a la postre determinante del nivel social final. En conclusión, desánimo entre una corporación que había venido desempeñando un papel decisivo en la minería de Asturias hasta la irrupción de la gran empresa, a raíz de los años 1880 y los siguientes progresivamente, periodo coincidente con la Restauración monárquica (1875-19027) y el que se inscribe la trayectoria profesional de M. Álvarez. No será éste ni el primero ni el último contratiempo serio que abata a la corporación de capataces. Por los años veinte, la crisis económica en sí unida al grave conflicto que vive el carbón asturiano -el denominado Asunto hullero de Asturias- perjudicará seriamente al colectivo de los para entonces denominados Ayudantes Facultativos de Minas. La correspondencia de M. Álvarez al final de su vida dará buena cuenta de ello. 


La Minera y Metalúrgica. Asociación de Capataces de Minas y [Capataces] de Minas, Hornos y Máquinas de Asturias-Mieres. Memoria. Mieres, 1909.[Ejercicio 1908]. Firmada en el mismo lugar, 31 diciembre de 1908, Manuel A. Álvarez, Presidente. Siguen los nombres del resto de la junta directiva (vicepresidente, tesorero, vicesecretario, cuatro vocales y el secretario, éste el único cargo remunerado. Número de socios en Mieres, circunscripción inicial que precede a una futura asociación nacional: 120.
Precediendo el balance de ingresos y gastos el contenido de la actividad del año informadas por el presidente se resume en:
__Iniciativas
. Dar a conocer en la mayor medida posible el cuerpo de capataces.
. Estrecha relación con la asociación de Almadén, con la que estudian la edición de un periódico que acabará por convertirse en una publicación nacional, la revista Minería, subtitulada Órgano de la Federación de Asociaciones de Ayudantes y Capataces de Minas y Fábricas Metalúrgicas de España (por los años veinte ya en circulación). Prevista reunión en Madrid igualmente con representantes de Almadén.
. Madrid aparece como el foro de todas las medidas, dirigidas al ministro de Fomento (del que dependía el cuerpo), a Melquiades Álvarez para que desde Madrid, en calidad de asturiano, intercediera en las operaciones en curso en la Corte. Se llega a nombrar representante en Madrid de la asociación de Mieres, remunerado, para llevar a cabo todas las gestiones, incluyéndose la presencia directa de Manuel Álvarez en Madrid aprovechando dos viajes que suponemos que coincidirían con los realizados a las minas de Chovar (Catellón), arrendadas por la sociedad El Porvenir.
__Proyectos
Presentar en el ministerio correspondiente una memoria sobre profesorado y planes estudio de la Escuela de Mieres para poner de manifiesto su importancia. Solicitar una o dos plazas de capataces a incluir en el Consejo de la Minería, donde no figuraban representados. En el mismo sentido, que se incluya en el claustro de profesores de la Universidad Popular tres profesores de la Escuela de Capataces. Crear los títulos honorarios de Socios Protectores para aquellos que defendieran sus derechos en instancias superiores. Solicitar la inclusión en la referida ley de 1908 al ausente cuerpo de Celadores de Minas -creado en 1897 aunque sin desarrollar sus atribuciones, si bien habían de constar como capataces titulados. Oponerse a que la Escuela de Artes y Oficios de Bilbao, de rango docente inferior y desigual procedencia y orientación, se reconvirtiera en Escuela de Capataces.
. Comienza el resumen del año proponiendo una visita de apoyo a la asociación hermana de Langreo, a la que se la presenta en “ruina”, sin indicar motivos. Y concluye la memoria con la intervención del presidente insistiendo en la importancia de captar vocales para la directiva de la asociación por considerarlos los cargos más operativos y necesarios para el buen funcionamiento de la misma.